MADRID, 23 Oct. (CulturaOcio) -
Desde que hizo su primera aparición en la saga The Conjuring, en Expediente Warren 2, La Monja se ha convertido en uno de los seres más terroríficos de la última década, propiciando incluso su propio spin-off. Pero antes de eso, James Wan tenía pensado enfrentar al matrimonio Warren con el mismísimo demonio, que desgraciadamente quedó fuera del metraje final.
El director ha compartido a través de su cuenta de Instagram unos artes conceptuales y un animatronic que en un principio iban a ser utilizados para la segunda entrega de Expediente Warren.
La idea original era que Lorraine (Vera Farmiga) se enfrentase a su propia fe representada en el diablo, pero finalmente el personaje se cambió por La Monja, cuya historia logró conquistar a los fans.
En realidad, el diseño de éste demonio es un elemento reciclado de un antiguo proyecto fallido de Wan para llevar al cine la franquicia Castlevania. Tal y como muestran las imágenes, se trata de un monstruo retorcido y grotesco que se iba a manifestar como parte de la trama de Expediente Warren 2.
"The Conjuring 2 es personalmente mi favorita, porque me centré en la narración de personajes por encima de cualquier otra cosa", explica Wan en el pie de foto. "Este era mi primer diseño de la entidad demoníaca que acecha a Lorraine y a la familia. El diseñador y yo nos inspiramos en los bocetos conceptuales de Drácula para una película con la que estuve vinculado durante mucho tiempo llamada Castlevania".
Por desgracia, durante la edición, consideré que este demonio con cuernos bellamente esculpido estaba demasiado lejos del objetivo de la película", continúa explicando el cineasta. "Tenía que ser más arraigado y personal, algo que tomara la fe de Lorraine y tratara de corromperla. Recuerdo a Lorraine Warren en la vida real hablando de su amor y reverencia por sus amigas monjas, y se me encendió una bombilla. Y así nació la Monja Demonio", sentencia Wan en la publicación.
El director tiene razón en una cosa. Por muy espectacular que se vea éste demonio gigante y alado, las películas de Expediente Warren se caracterizan por presentar manifestaciones demoníacas que cualquiera podría tener en su casa. Aprovechando el terror de las pequeñas cosas, Wan ha construido un universo propio y exitoso, en el que tal y como expresa el cineasta, no hay espacio para demonios gigantes.