MADRID, 2 Sep. (CulturaOcio) -
Oppenheimer, la nueva película de Christopher Nolan, continúa con su triunfal trayectoria en cines. El filme incluye dos escenas que dialogan entre si y que son clave a la hora de abordar las consecuencias de la bomba atómica y reflejar cómo se sintió J. Robert Oppenheimer (Cillian Murphy) tras dirigir la creación del arma, que acabó con cientos de miles de vidas en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.
El largometraje relata la preparación y ejecución de Trinity, la prueba de lanzamiento de la bomba que tuvo lugar en Los Álamos. Al detonar el potente artefacto, Nolan juega con el sonido y, tras unos segundos de silencio, se escucha el estruendo de la explosión con algunos segundos de retraso. Algo similar ocurre en una escena posterior, en la que Oppenheimer da un discurso a su personal tras los bombardeos en Japón.
El científico interpretado por Cillian Murphy pronuncia algunas palabras, pero las paredes tiemblan y empiezan a aparecer destellos de luz. El protagonista tiene una visión de una mujer joven cuyo rostro está despellejado, los gritos de alegría se convierten en llanto y una pareja joven que estaba besándose se convierte en una pareja abrazándose y llorando. Igualmente, el sonido también se escucha con cierto retardo.
"Toda la película trata sobre las consecuencias. El inicio tardío de las consecuencias que la gente a menudo olvida: la película está llena de diferentes representaciones de eso. Algunas viscerales, otras más narrativas", declaró Nolan a Vulture sobre la decisión de jugar con el sonido en ambas escenas.
"Llevó un tiempo hacer que esas dos escenas parecieran ir a la par. Hay una línea muy fina entre simplemente hacer que sean iguales en lugar de hacer que se comuniquen entre sí", comentó la editora Jennifer Lame.
"Mientras me sumergía en la historia de Oppenheimer, finalmente llegué a la conclusión de que, aunque él nunca se disculpó específicamente por Hiroshima y Nagasaki, sus acciones la noche después del bombardeo fueron las acciones de alguien verdaderamente poseído por la culpa, verdaderamente desbordado por un deseo de deshacer lo que había hecho. Así que sentí que, al contarlo, quería ser fiel a mi interpretación de la agitación interior que debe haber sentido, cómo se habría manifestado eso", señaló el cineasta.