MADRID, 23 Mar. (CulturaOcio) -
Este viernes llega a los cines La cura del bienestar, un thriller psicológico dirigido por Gore Verbinski ambientado en un balneario de idílica apariencia pero que guarda siniestros secretos. Y es que, como bien avisa su protagonista Dane DeHaan, después ver esta película "ir a un spa nunca volverá ser lo mismo".
El actor estadounidense da vida a Lockhart, un ambicioso joven ejecutivo al que su empresa envía hasta un remoto sanatorio ubicado en los Alpes suizos para traer de vuelta al CEO de su compañía. Allí, en el balneario al que acuden las élites más adineradas para someterse a un milagroso tratamiento, el personaje de DeHaan irá descubriendo el lado más oscuro de este presunto paraíso terrenal.
Una película que tras el suspense y el terror también esconde reflexiones sobre conceptos como el capitalismo salvaje, la ambición, la felicidad, la salud o el éxito en la sociedad actual.
Y el instrumento para deslizar estas trascendentales preguntas es Lockhart, el protagonista interpretado por Dane DeHaan. Un joven tiburón de Wall Street dispuesto a todo por llegar a la cima y que personifica la ambición y el egoísmo que imperan en nuestra sociedad.
"Es un personaje que persigue el éxito, el dinero y el poder. Alguien que cree que esas cosas le darán la felicidad y precisamente por eso es el héroe perfecto para esta historia. Plantea la pregunta qué es el bienestar, si es dinero y poder", reflexiona el actor en una entrevista concedida a CulturaOcio.com junto al director del filme durante su visita a España hace unas semanas para promocionar.
"Él tiene la enfermedad", apostilla Verbinski que tras dirigir superproducciones como El Llanero Solitario o dos entregas de la saga Piratas del Caribe, con La cura del bienestar regresa a un cine más oscuro y siniestro que no tocaba desde el remake de la cinta de terror japonesa The Ring, que estrenó en 2002. Un género al que tenía ganas de volver porque, apunta, tiene su propia lógica, sus propias reglas, que como cineasta permiten explorar conceptos con más libertad.
EL RODAJE DE LA TORTURA
"Te da la oportunidad de trabajar desde la lógica de los sueños, utilizar el poder de los enigmas para hacer que los espectadores puedan descubrir y examinar las motivaciones de los personajes de una forma que no pueden hacer en otros géneros", explica el director
"Fue un rodaje difícil. Gore me ha torturado prácticamente todos los días. Hubo un mes de rodaje en el que filmamos casi todas escenas de tortura una tras otra... fue el mes de la tortura", recuerda DeHaan, que reconoce que la filmación de algunas secuencias supuso "un reto físico y psicológico". "No hay torturas en la película. Es todo parte de la cura", se excusa entre risas el director.