MADRID, 9 Nov. (CulturaOcio) -
Batman y Superman son los dos héroes más emblemáticos del Universo DC. Y, a pesar de que sus caminos se han cruzado en multitud de ocasiones, tanto en las grapas como en la pantalla, ahora un cómic ha revelado cuál es la principal diferencia existente entre el guardián de Gotham con el protector de Metropolis.
Ya sea en las viñetas o en la gran pantalla comparten su pasión por hacer del mundo un lugar mejor. Sin embargo, estos dos miembros fundadores de la Liga de la Justicia tienen diferentes puntos de vista a la hora de combatir tanto el crimen como a los supervillanos. Pero la diferencia más notable existente entre ambos se ha revelado en el número 7 de Superman: Lost.
La trama de este cómic, a cargo del guionista Christopher Priest y el dibujante Carlo Pagulayan, arranca con Clark Kent intentando volver a la normalidad tras ausentarse durante prácticamente dos décadas. El hombre de acero se vio perdido por la inmensidad del espacio. Y aunque para sus amigos y su mujer, Lois, tan solo ha pasado unas horas fuera de la Tierra, para Clark han pasado años.
Sin embargo, tras tanto tiempo fuera, el kryptoniano no parece ser el mismo. Es frío y distante. Esto se debe a que tras verse atrapado en un planeta al que bautizó como Kansas, fue incapaz de salvarlo de la destrucción e intentó regresar a la Tierra atravesando un agujero negro hasta que una versión más mayor de sí mismo le paró los pies.
Tras advertirle de que la posibilidad de regresar a su hogar adoptivo es bastante remota, le implora que nunca olvide todo el bien que hizo en la Tierra como Clark Kent antes de ser Superman. En este sentido, la principal diferencia con Batman es que Bruce Wayne se vio imbuido por el espíritu de la justicia al presenciar el asesinato de sus padres cuando tan solo era un niño.
Es decir, mientras que, en esencia, Batman prevalece sobre Bruce Wayne, en el caso de Superman, es, todo lo contrario. Para el kryptoniano, su verdadera identidad es la de Clark Kent, un chico de Kansas, que ya ayudaba desinteresadamente a cualquiera que lo necesitase, usando o no, sus poderes.