MADRID, 23 Dic. (CulturaOcio) -
El pasado 8 de diciembre, Netflix estrenó Dejar el mundo atrás, un thriller distópico dirigido por el creador de Mr. Robot, Sam Esmail. La adaptación de la novela de Rumaan Alam, ha dejado en el aire muchas cuestiones que todavía carecen de respuesta, pero lo que realmente se preguntan los espectadores es... ¿Quién orquestó realmente el ataque contra los Estados Unidos?
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
La cinta sigue a Amanda y Clay Sandford, a quienes interpretan Julia Roberts y Ethan Hawke, dispuestos a disfrutar con sus hijos, Archie y Rose de una escapada en la playa. Pero cuando llegan a la casa que han alquilado, se encontrarán con que el dueño, G.H. Scott, al que pone rostro Mahersala Ali, se ha visto forzado a refugiarse en ella junto a su hija Ruth para escapar del extraño caos que asola a la ciudad. Es entonces cuando ambas familias se ven obligadas a sobrevivir en el mismo techo a medida que se suceden eventos cada vez más extraños y apocalípticos.
Uno de los más chocantes ocurre al inicio de la película. Se trata de una escena en la que un dron suelta miles de panfletos de color rojo con un texto escrito en lengua semita. Clay consigue hacerse con uno de ellos para enseñárselos tanto a su familia como a H.G. Es entonces cuando Archie, es capaz de discernir el significado del panfleto como "Muerte a Estados Unidos".
Todo parece indicar que se trata de un proceso que se ha puesto en marcha para desestabilizar al país por parte de alguna facción terrorista de Oriente Medio. Sin embargo, no es la única posibilidad, ya que más tarde, Danny, el experto en conspiraciones al que interpreta Kevin Bacon en la cinta, revela que estos mismos panfletos se están propagando por distintos lugares de los Estados Unidos y están escritos en diferentes idiomas.
Es decir, que quien quiera que sea el responsable, tiene por objetivo confundir a la población para ocultar su identidad. Y, dicho sea de paso, conseguir que se enfrenten los unos contra los otros, sembrando la desconfianza al hacerles creer que este ciberataque proviene de diversos frentes, empleando la desinformación, como el propio H.G. explica en el tramo final de Dejar el mundo atrás. Lo que implica, que el enemigo no solo es poderoso, sino que sabe ocultarse entre las sombras, y, por tanto, tratarse de una campaña militar orquestada para desestabilizar a la nación mediante varios frentes o de una conspiración interna para acabar con los Estados Unidos.
Sea como fuere, por ahora, la cinta de Esmail no ha dejado pistas que conduzcan realmente a quién o quiénes quieren sumir a la poderosa nación en el más absoluto caos, ejecutando este intrincado plan. Al menos, de momento.