MADRID, 16 Dic. (CulturaOcio) -
Ya sean solo pequeños sustos que se quedan en meras anécdotas o contratiempos más graves, casi todos los actores tienen su historial de accidentes y percances en un set de rodaje. Y en este particular, realmente curioso es el caso de Kate Winslet y su difícil, casi tormentosa, relación con la filmación de escenas acuáticas.
Desde desmayarse y contraer hipotermia en el set de Sentido y sensibilidad, hasta casi ahogarse en el set de Titanic, la ganadora del Oscar cuenta ya con varios capítulos relacionados con los incidentes acuáticos. Antes de dar vida a Ronalel en la secuela de Avatar, personaje que regresará en la tercera entrega, Winslet ya rodó Titanic bajo las órdenes de James Cameron.
Y bien sabido que a James Cameron le gusta dar autenticidad a sus películas. De esto sabe bastante la propia Winslet, cuyo rodaje de la cinta que protagonizó con Leonardo DiCaprio fue de lo más accidentado. En una entrevista concedida a Los Angeles Times en 1997 declaraba que no solo se rompió un hueso del codo, sino que terminó con varios moratones en los brazos al resbalarse por la cubierta.
Pero las dificultades no achantaron a Winslet. Y siguió rodando la escena final de Titanic en la que Rose y Jack se despiden trágicamente. En 2017, con motivo del 20 aniversario del estreno en cines de la película, la actriz le aseguraba a Stephen Colbert, que, si bien no cogió una neumonía al rodar la ya más que polémica secuencia final donde Jack (DiCaprio) se sacrifica para que Rose no muera ahogada, sí sufrió una seria hipotermia. ¿La razón? Según aclaró ella misma, la cantidad de agua era tan grande que resultaba imposible calentarla por completo para mantener una sensación térmica agradable.
De hecho, Cameron, que en su afán por dar veracidad a su filme hizo que Winslet como DiCaprio rodaran sus propias escenas de riesgo en el agua, señaló que la actriz nunca le expresó su deseo de no continuar filmando y no fue hasta 10 minutos más tarde que se dio cuenta de que estaba a punto de entrar en shock. De hecho, hubo un instante en el que, según Winslet, tuvo problemas con el regulador de oxígeno y no podía inhalar aire, por lo que tras tres tomas en las que casi muere ahogada, desistió.
Pero aquello no acobardó a la británica, que vivió otro desastroso episodio acuático durante el rodaje de Olvídate de mí. Se trata en concreto de una incómoda secuencia en la que Winslet tuvo que meterse en una bañera gigante durante horas junto a su compañero protagonista, Jim Carrey.
Sin embargo, la última experiencia de Winslet zambulléndose de lleno en el agua no fue tan desagradable como las anteriores. La actriz, que se dispuso a trabajar nuevamente con Cameron para rodar Avatar: El Sentido del agua se sometió a una durísima preparación para una de las secuencias submarinas de la película.
"Le pedimos a un caballero llamado Kirk Krack, que entrenase a todos los que necesitaban mantenerse bajo el agua, a sumergirse y a aguantar la respiración. Kate Winslet tuvo que entrenar y llegó a aguantar la respiración estática unos siete minutos. Es increíble, es la mente sobre la materia. Veías a Kate bajo el agua y parecía sentirse realmente cómoda", comentaba Jon Landau, productor de la descomunal saga en 2019 a Collider.