MADRID, 16 Oct. (CulturaOcio) -
Desde que aterrizó en Netflix, Blonde ha causado un revuelo enorme. La película protagonizada por Ana de Armas presenta las partes más oscuras y terribles de la vida de Marilyn Monroe. La cinta no se guarda nada, mostrando de manera muy explícita secuencias inquietantes y muy duras. Unas escenas que le han valido a la cinta una gran cantidad de críticas por considerarlas innecesarias cosificando la figura de la legendaria actriz y regodeándose en su dolor y los abusos que sufrió.
Durante el filme se pueden ver en pantalla abortos desde el interior de la vagina de Monroe mientras el feto le habla para pedirle explicaciones, violaciones, un trío con los hijos de Charles Chaplin y de Edward G. Robinson y un sinfín de vejaciones a la figura de la legendaria actriz. Sin embargo, la escena que más polémica ha levantado ha sido la que comparte con el presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy.
En la habitación del presidente, Monroe es forzada a masturbarle primero y a practicarle sexo oral después. Para ello, el director de Blonde, Andrew Dominik, opta por un primer plano de Ana de Armas en pleno acto mientras la voz de Monroe resuena, exculpándose a sí misma porque quien está siendo abusada no es Norma Jean Baker, la identidad real de la actriz, sino Marilyn, el personaje público que se ha creado.
La manera en la que la escena está rodada ha hecho que miles de personas levanten la voz contra el cineasta. Consideran la escena demasiado explícita y, sobre todo, que no aporta nada al montaje de Blonde. "¿Era necesaria?", se plantea una usuaria de Twitter. "Es absolutamente indecente e innecesaria", señala otro.
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