Estado eléctrico: ¿Qué provocó la guerra entre los robots y la humanidad?
Estado eléctrico: ¿Qué provocó la guerra entre los robots y la humanidad? - NETFLIX
Actualizado: lunes, 17 marzo 2025 10:48

   MADRID, 17 Mar. (CulturaOcio) -

   Ya está en Netflix Estado eléctrico, el filme dirigido por Joe y Anthony Russo, con Millie Bobby Brown (Stranger Things) y Chris Pratt (Guardianes de la Galaxia) como protagonistas. La película sitúa su trama en una realidad alternativa en los años 90 tras una guerra entre los robots y la humanidad. Pero... ¿Qué fue desencadenó este conflicto?

   Basada en la novela gráfica de Simon Stalenhag, Estado eléctrico arranca su historia con Chris, el hermano pequeño de Michelle, a quien interpreta Bobby Brown, llevando una vida normal antes de que estalle la guerra entre máquinas y humanos. Poco después, se explica que, en esta realidad distópica, Walt Disney diseñó en 1945 una serie de autómatas con el objetivo de atender y divertir a los visitantes en sus parques temáticos y realizar tareas sencillas.

   Pero con el tiempo, los robots revolucionaron la industria y sentaron las bases para aplicaciones más avanzadas, como la construcción, el saneamiento o la agricultura. Hasta el día en que los androides, hartos, se rebelaron.

   Y es que, a medida que la IA (Inteligencia Artificial) de los autómatas avanzaba más y más, comenzaron a desarrollar conciencia propia, lo que condujo a un despertar en el que, viéndose explotados, empezaron a manifestarse y protestar para ser reconocidos mundialmente como seres sintientes con derechos.

   El principal cabecilla de esta revolución fue una réplica autómata del señor Cacahuete, a quien pone voz Woody Harrelson en la película y que luego volverá a aparacer en la película teniendo un papel fundalmental en el viaje de la protagonista encarnada por Millie Bobby Brown. Poco a poco, los humanos terminaron posicionándose contra los robots y generando un profundo odio hacia ellos.

PERSECUCIÓN Y GUERRA

   Fue este temor a ser reemplazados y volverse irrelevantes lo que se propagó rápidamente, lo que condujo a los humanos a querer exterminar a los robots e iniciar una guerra con ellos. Al inicio del conflicto, los autómatas se vieron en ventaja, ya que no necesitaban descansar ni alimentarse.

   Esto les permitió mantener constantes operaciones de combate, mientras que las fuerzas humanas se veían limitadas por el agotamiento y los recursos escasos. Pero, en un giro inesperado, llegó el Neurocaster, un dispositivo que permitía a los humanos controlar robots de combate a distancia, combinando su inteligencia con la resistencia mecánica.

   La guerra viró de rumbo a favor de los humanos y, tras su derrota, el señor Cacahuete firmó un acuerdo de paz. En él se estipulaba que los robots se verían confinados a la Zona de Exclusión, un área en la que podrían vivir pacíficamente sin interferencias de los humanos. Sin embargo, traspasar esta frontera implicaría que serían perseguidos y desactivados.

   Para cuando arranca la trama principal de Estado eléctrico, en 1994, la sociedad estadounidense ya se había acostumbrado a un mundo sin robots tras el conflicto con los autómatas. La tecnología Neurocaster, que fue crucial durante la guerra para acabar con los autómatas, se rediseñó permitiendo a los humanos controlar armazones mecánicos de manera remota y realizar ciertos trabajos. Así, con los androides desterrados en la Zona de Exclusión, la humanidad pudo seguir cumpliendo su papel en la sociedad mientras rentabilizaba la eficiencia de las máquinas.

Contador

Leer más acerca de: