MADRID, 28 Dic. (CulturaOcio) -
La Fuerza está triste. Con la muerte de Carrie Fisher, la icónica Princesa Leia, no ha salido ganando siquiera el Lado Oscuro. La actriz era mucho más que un peinado extravagante y un bláster: fue una revisora de guiones a la que acudía, por ejemplo, Spielberg; una cómica sobre los escenarios donde le quitaba las bridas a su lengua y tenía un sarcasmo sobrenatural. El mismo que usó en su autobiografía, donde llegó a escribir un obituario divertidísimo.
En Wishful Drinking, que así se titula su libro de memorias, la Carrie Fisher escritora, mordaz como sólo ella podía serlo, dio rienda suelta a los más jugosos recuerdos. Y el que atañe a su propia muerte es, mal que ahora pueda pesar, extremadamente gracioso.
Todo empezó discutiendo con George Lucas, una conversación en los primeros días de rodaje del Episodio IV sobre los ropajes de Leia Organa: aquel vestido blanco fue la causa de una diferencia de opiniones con Lucas... Bueno, más bien lo que había debajo de aquel vestido blanco.
En el libro, Carrie Fisher divaga sobre aquella conversación hasta dar con el perfecto obituario de la causa de su muerte si no llega a seguir los 'consejos' del padre de Star Wars. Su pasaje en Wishful Drinking dice así:
George se acerca a mí el primer día de rodaje y echa un vistazo al vestido y me dice: "No puedes usar un sujetador debajo de ese vestido". Así que le respondo: "Está bien, tú ganas. Pero, ¿por qué?". Y va y dice: "Porque... no se lleva ropa interior en el espacio".
¡Prometo que esto es verdad y que él lo dijo con una convicción! Como si de verdad hubiera estado en el espacio y hubiera mirado a su alrededor y no hubiera visto ningún sujetador o bragas o calzoncillos por ninguna parte.
Lo que sucede es que vas al espacio y te haces ingrávido. Hasta aquí todo bien, ¿no? Pero entonces, ¿tu cuerpo se expande? Porque eso significa que tu sujetador no lo hace... por lo que te acabas estrangulando con tu propio sujetador.
Ahora pienso que esto sería un obituario fantástico. Así que a mis amigos más jóvenes les digo que no importa cómo me visto, sólo que quiero que se divulgue que me ahogué a la luz de la luna, estrangulada por mi propio sujetador.
Pura Carrie Fisher, alguien que ni siquiera necesitó la Fuerza, porque ella ya era la suya propia.