MADRID, 22 Mar. (CulturaOcio) -
Blancanieves, la nueva versión en imagen real del clásico de Disney, con Rachel Zegler interpretando a la protagonista y Gal Gadot como la Reina Malvada, ya está en los cines. A pesar de la recepción nada halagüeña por parte de la crítica, hay quienes sostienen que el filme de Marc Webb (The Amazing Spider-Man) sobresale en su final y supera al de la cinta de animación original de 1937.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
En la película original de Blancanieves, la Reina Malvada utilizaba sus oscuras artes para disfrazarse de una desvalida anciana y ofrecerle a la joven una manzana envenenada. Después de darle un bocado a la fruta, Blancanieves caía súbitamente bajo los efectos de un sueño profundo.
Creyéndola muerta, los enanitos advirtieron rápidamente al apuesto príncipe, quien le dio un beso de amor verdadero con el que rompió el hechizo y la despertó de su letargo. Aunque esta es una de las secuencias más icónicas de la historia del cine, muchos la encuentran verdaderamente anticlimática.
Pero, a diferencia del clásico de Disney, la Blancanieves de Zegler no es una joven ingenua y toma las riendas de su destino en el filme de Webb. Tras caer en un trance profundo al morder la manzana que la Reina Malvada de Gadot le da, no es un príncipe quien le da un beso de amor verdadero a Blancanieves para salvarla del encantamiento, sino Jonathan (Andrew Burnap), un héroe rebelde.
Al despertar, Blancanieves descubre que su padre, el rey, está muerto y decide plantarle cara a la cruel Reina Malvada para recuperar su preciado reino. Es en este aspecto donde la cinta de Webb difiere de la original, elevando a la versión de Zegler del personaje, transformándola en una heroína en lugar de una damisela en apuros. Aunque la villana de Gadot intenta convencer a los ciudadanos del reino de que es débil, Blancanieves demuestra ser una líder nata.
Así, con un discurso inspirador, cargado de bondad y sabias palabras, consigue que los guardias se rebelen contra la reina, acabando con su reinado del terror y recuperando lo que le pertenecía por derecho propio.
Por tanto, aunque esta adaptación mantiene la esencia del clásico, incluye algunos cambios significativos en la historia y el tono respecto a sus versiones originales y le da a Blancanieves un mayor protagonismo del que tuvo el personaje en la cinta de 1937.