MADRID, 25 Oct. (CulturaOcio) -
Venom: El último baile, que cierra la trilogía protagonizada por Tom Hardy, ya está en los cines. Aunque en principio la cinta parece ser la última aventura del Protector Letal, supone también el "inicio de algo más", sembrando prometedoras semillas para el futuro del Spiderverse de Sony. Y es que conviene desgranar tranquilamente el final de la tercera entrega de Venom y prestar especial atención a determinados detalles.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
En una entrevista concedida a CulturaOcio, Hardy se resistió a confirmar si Venom: El último baile suponía un adiós definitivo a su personaje y describió la película como "el final de la trilogía y el inicio de algo más". A pesar de la vaguedad de sus palabras, estas resultan más que adecuadas, teniendo en cuenta el desenlace del filme que, aunque deja muchas posibilidades en el aire, supone también una clara conclusión.
En los últimos compases de la cinta dirigida por Kelly Marcel, Eddie y Venom deben enfrentarse a toda una legión de xenófagos, las criaturas enviadas por Knull para eliminar a los simbiontes y recuperar el códice que necesita para escapar de su prisión (y que poseen Eddie y Venom). Junto a ellos, luchan muchos otros simbiontes que los científicos de la base secreta del Área 51 tenían encerrados para su estudio, usando como huéspedes a los propios trabajadores de las instalaciones.
No obstante, pronto resulta patente que la amenaza es demasiado grande y que ni siquiera un ejército de simbiontes es capaz de contenerla, muriendo muchos de ellos en el intento. Eddie y Venom se dan cuenta de que es probable que no sobrevivan y es que, en todo caso, mientras uno de los dos siga con vida, existirá el códice, lo único capaz de liberar al temible dios de los simbiontes de su prisión. Ambos parecen aceptar el inevitable sacrificio, pero finalmente, Venom lo asume por su cuenta, despidiéndose de Eddie.
El simbionte negro contiene con su cuerpo a todos los xenófagos y los expone a una lluvia de ácido, desintegrándose con ellos en el proceso. El general Strickland (Chiwetel Ejiofor) lanza además una granada, para asegurarse de la destrucción total de las criaturas. Ese parece ser el final de Venom quien, antes de morir, se cuida de proteger a Eddie de la explosión y el ácido y le dice un misterioso "adiós, por ahora", pidiéndole también que no lo olvide.
En las últimas escenas, Eddie visita la Estatua de la Libertad en honor a su amigo, que siempre quiso verla y que es un símbolo de bienvenida a los inmigrantes (algo que, en última instancia no dejaba de ser el alienígena). Libre de todos los cargos que pesaban sobre él y de nuevo solo en su mente, parece que Eddie podrá recuperar su vida y ponerla en orden.
EL FUTURO DE LOS SIMBIONTES (Y SU DIOS)
Aunque la mayoría de los simbiontes almacenados en el laboratorio secreto del Área 51 mueren en la lucha contra los xenófagos, la doctora Teddy Payne (Juno Temple) se une a uno de color rosa mientras escapa de la destrucción, ayudando a una compañera caída. El simbionte, que en las grapas recibe el nombre de Agony, está cargado de energía y posee super velocidad. Es de esperar que este personaje se explore en futuros proyectos.
Por otro lado, cabe destacar que, aunque Venom y Eddie evitan que Knull consiga el códice, este no ha sido derrotado, ni mucho menos. Marcel ha comentado ya en numerosas entrevistas que el dios de los simbiontes ha llegado para quedarse, siendo su aparición en esta cinta, tan solo un "aperitivo" de lo que ha de venir. Desde luego, la escena post-créditos así lo promete, mostrando a Knull como un antagonista al nivel de Thanos, que aún debe crecer y aparecer en más películas, quizá haciendo que diversos héroes (quizá de diversos universos) unan fuerzas para detenerle.
Tampoco hay que pasar por alto la posibilidad de que Venom regrese, y que este no haya sido verdaderamente su último baile. Y es que, en teoría, aún quedan algunos pedacitos del simbionte que podrían traerle de vuelta, como el que se quedó en el UCM tras el breve paso de Eddie por el mismo y el que recogió el general Strickland al principio de la película y cuyo vial roto aparece en la segunda escena post-créditos.