MADRID, 13 Mar. (CulturaOcio) -
Este viernes 14 de marzo Netflix estrena Estado eléctrico, el nuevo largometraje de los hermanos Joe y Anthony Russo. Los directores de Vengadores: Infinity War y Vengadores: Endgame capitanean esta superproducción, el filme más caro de la historia de Netflix, que cuenta con Millie Bobby Brown y Chris Pratt como rutilantes estrellas protagonistas.
Una película basada en la novela homónima de Simon Stalenhag y cuya historia retrofuturista se ambienta en una realidad alternativa durante los años 90 donde, tras una guerra entre la humanidad y los robots, una adolescente huérfana (Millie Bobby Brown) emprende un viaje para encontrar a su hermano pequeño que creía muerto.
Pero más allá de escenarios apocalípticos o violentas insurrecciones de las máquinas pensantes, la trama de 'Estado eléctrico' también presenta importantes reflexiones sobre la dependencia y abuso de la tecnológica o sobre el imparable avance de la Inteligencia Artificial. En este último punto, Joe Russo destaca que en momentos de grandes cambios como el que vivimos ahora "siempre hay mucho miedo".
"Y el miedo puede ser algo bueno en el caso de la Inteligencia Artificial, que por supuesto debe de ser regulada. El problema es que el mundo occidental no tiene control del uso y la creación de la IA, y habrá otros mercados que estarán desregulados. Así que otra vez nos encontramos en otra especie de carrera armamentística", avisa en una entrevista concedida a CulturaOcio. "Pero también es bueno recordar que el cine en sí mismo es una tecnológica, apostilla Anthony Russo.
"NO DEMONIZAR LA TECNOLOGÍA"
"El filme no demoniza la tecnología", sostienen los directores que explican que la historia de Estado eléctrico "muestra que podemos tener una relación muy mala con ella". "Esa es la cuestión, la tecnología tiene elementos adictivos que nos hacen distanciarnos de la realidad" pero también cuenta con "aspectos muy positivos" como los avances médicos o las mejoras en las comunicaciones.
En este punto los cineastas se reconocen "sorprendidos" con lo rápido que la tecnología está desarrollando en los últimos años. "Y no es solo la IA, sino que hemos pasado por enormes desarrollos tecnológicos en las últimas dos décadas y eso puede ser inquietante", señala Joe que cree que eso puede generar incertidumbre pero también ser "emocionante por las nuevas posibilidades que hay".
Y en cuanto a la industria, a corto y medio plazo, los hermanos Russo abogan por regular el uso de la Inteligencia Artificial en las diferentes disciplinas profesiones y artísticas incluyendo, por supuesto, el cine.
"Creo que en el caso de la IA, el artista siempre tiene que tener control de la tecnología. Y ahí es donde hay que poner el límite. Si dejamos que las empresas sean las que decidan cómo usamos esa tecnología, tengo miedo de que intenten reemplazarnos. Pero si son los artistas quienes definen cómo usamos esa tecnología, creo que nos servirá para avanzar del mismo modo que muchos otros avances tecnológicos lo han hecho en la industria del cine", reflexiona Joe.