La tremenda historia real que inspiró La Trampa de Shyamalan
MADRID, 12 (CulturaOcio)
La Trampa (Trap), la nueva película de M. Night Shyamalan ya está en los cines. Esta cinta le da una vuelta de tuerca al subgénero de los asesinos en serie en el que un padre, aparentemente modelo, acude a un concierto con su hija. Sin embargo, el espectáculo se convierte en una trampa para capturarle ya que este padre encarnado por Josh Harnett tiene una doble vida como asesino en serie. Aunque la premisa del filme parezca algo surrealista, la realidad es que está inspirada en hechos reales. Concretamente en una operación especial que el FBI desarrolló en 1985.
Hace ya casi cuatro décadas, los servicios secretos de Estados Unidos pusieron en marcha la conocida como Operación Flagship. Este operativo consistía en ofrecerle a más de 3.000 criminales fugados de la justicia entradas para un partido de la NFL con la esperanza de capturarlos. Los individuos solo debían presentarse en las oficinas de una cadena de televisión falsa para reclamar sus tickets y, posteriormente y sin saberlo, ser detenidos.
A estas oficinas generales de la "cadena" se presentaron finalmente alrededor de 120 personas que fueron capturadas, algo que, según ha confesado el propio Shyamalan en una entrevista a BBC News, parece irreal pero se quedó grabado en su memoria. "Escuché esto cuando era niño y me pareció totalmente absurdo que algo así pudiera llegar a pasar", explicó el cineasta.
"Fue algo que se me quedó grabado cuando ocurrió... Eran criminales de verdad, FBI y policía real. Se vistieron como mascotas y animadoras y estaban bailando alrededor de ellos, haciendo el tonto", continuó Shyamalan. "Puede que ahora no se pueda hacer nada así, pero en ese momento estaban literalmente de fiesta con ellos. Era como: '¡Venid a esta habitación!' Y se aseguraron de que era la gente a la que buscaban y les sueltan: 'Estáis todos detenidos'", explicó el director.
Y es que la trama de La Trampa sigue una premisa parecida, aunque no exactamente igual. En la película, el asesino en serie, conocido como 'El carnicero', acude a un concierto real de una artista y diva del pop real del universo de la cinta. Los fans que disfrutan del espectáculo también son reales, pero la policía se está haciendo pasar por personal del recinto, guardias de seguridad, limpiadores, vendedores... para poder capturarle. En la operación de 1985, también se ofrecieron entradas para un partido real de fútbol americano que enfrentaba a los Washington Redskins contra los Cincinnati Bengals.
Y es que el partido si que formaba parte del calendario de la liga, otorgando así un realismo clave para poder llevar a cabo el singular dispositivo. Los criminales acudieron al sitio y, cuando estaban en una sala ambientada con el partido y con oficiales disfrazados para hacerlo parecer verídico, la policía procedió a destapar su coartada para detenerles.
Los Marshals de los Estados Unidos habían señalado a los fugitivos que querían, mandándoles las invitaciones bajo la excusa de que habían sido seleccionados de manera aleatoria a partir de una lista de residentes de Washington DC para ganar dos entradas a un partido. Esta competición comenzaba a la 1 de la tarde, y los presuntos ganadores debían acudir a la cadena por la mañana para recoger las entradas. El ambiente festivo era una parte importante de la operación, ya que se suponía que los ganadores viajarían juntos, cortesía de la televisión, directamente al estadio.
Los fugitivos llegaron al sitio pensando que realmente era un plató televisivo. Algunas agentes femeninas se vistieron de animadoras y se acercaban físicamente a los criminales, simulando un gesto de cariño, cuando realmente les estaban cacheando. Una vez comprobaron las identidades de los fugitivos, fueron pasando en grupos de 15 personas a otra sala donde les esperaba un oficial de los Marshals. "Tenemos una gran sorpresa para vosotros. Estáis todos detenidos", anunció el agente a los detenidos según el documental de 2016 sobre la operación.
La policía consiguió realizar 101 arrestos gracias a este dispositivo. El éxito del plan se atribuye también al uso de la psicología inversa. Los criminales se presentaron con sus documentos de identidad ya que les informaron que, si no acudían, les darían el premio a otra persona, pero ninguno de los criminales quiso perder su privilegio y menos que lo disfrutase otro.
Una vez fueron arrestados, los fugitivos se mostraron confusos, e incluso algunos de ellos, después de darse cuenta de lo que estaba ocurriendo preguntaron si iban a ir al partido igualmente.
Shyamalan quiso utilizar este descabellado pero efectivo operativo como premisa para La Trampa. En vez de un partido de fútbol americano y una detención masiva antes del partido, Cooper acude al concierto de Lady Raven, interpretada por la propia hija de Shyamalan, Saleka, junto a su hija. Pronto, aprende que todo es un montaje para capturarle.
"Las autoridades usaron la absurdez contra ellos porque consiguieron bajar sus guardias, lo que me parece brillante", aseguró el director, atraído por la sencillez del plan. "Me quedé con esa idea y cuando Saleka y yo pensamos en el concierto, me pregunté, ¿cómo puedo hacer que esta persona no pueda salir y se tenga que quedar dentro?", explicó Shyamalan.
Y es que aunque La Trampa no está basada en la operación y solo sea la fuente de su inspiración, el cineasta asegura que ambos casos comparten espíritu. "Creí que sería muy gracioso porque ves las grabaciones de la Operación Flagship y es divertidísimo", concluyó el director.