MADRID, 8 Feb. (CulturaOcio) -
Estrenada en 1991, Terminator 2: El juicio final se convirtió en todo un éxito de crítica y público que elevó aún más el estatus de Arnold Schwarzenegger como estrella de acción. James Cameron, su director, que ahora arrasa en las salas con Avatar: El sentido del agua, admite que la campaña promocional arruinó el impacto de ver al actor como el héroe en lugar del implacable T-800 al que encarnó en la cinta original.
En la primera entrega de Terminator, Cameron convirtió a Schwarzenneger en un despiadado cyborg, una letal máquina de matar que viaja en el tiempo desde 2029 a 1984 para acabar con Sarah Connor e impedir así que su hijo, John, nazca. De no hacerlo, será el cabecilla de la resistencia y el responsable de destruir a Skynet, una inteligencia artificial que, en el futuro, está a punto de exterminar a toda la humanidad.
Siete años más tarde, Cameron estrenaba Terminator 2: El juicio final, la secuela con Schwarzenegger de nuevo como el implacable T-800... pero con una función radicalmente distinta. Ahora, el director admite que el marketing de la película, ganadora de cuatro Oscar, arruinó una de las grandes sorpresas de la película: que en esta ocasión el robot encarnado por Schwarzenegger era el héroe.
Así lo ha recordado en una sesión de preguntas y respuestas con Empire en la que también participó Patrick McKay. Durante el encuentro, el showrunner de los Anillos de Poder abordó a Cameron para saber por qué dejó que el material promocional, principalmente el tráiler, de Terminator 2 revelase que en ella el T-800 dejaba de ser el villano para convertirse en el "bueno" de la historia.
Sin embargo, en este caso no fue una imposición de los directivos de los estudios para llevar más público a las salas, ya que el director de Titanic nunca tuvo intención de ocultar ese giro. "Todos hemos lidiado con los trajeados, pero el caso que mencionas no fue una batalla. Los chicos de Carolco, Mario Kassar y Andy Vajna fueron buenos socios conmigo en Terminator 2, y encabecé la campaña de marketing, incluyendo el mostrar a Arnold como el chico bueno", reveló Cameron.
"No fue un giro como del tipo El Sexto Sentido, que se revela al final de la película. Se muestra como el protector al concluir el primer acto. Creo que, al momento de liderar y presentar un proyecto, lo haces con el elemento más fuerte de la historia para vender la película", añadió el cineasta, que quería llamar la atención de los espectadores al revelar esta sorpresa. "Pensaba que nuestro potencial público se vería más atraído al ver cómo esta tosca máquina de matar podía convertirse en un héroe en vez de ser otro festival de asesinatos en la misma línea que la primera película", explicó el realizador.
Para Cameron, "las secuelas tienen que acometer un delicado equilibrio entre honrar los elementos más queridos de la primera película, pero también prometer realmente sacudir las cosas y ponerlas patas arriba". "Nuestra campaña de marketing para Terminator 2 fue exactamente esa promesa y funcionó", concluyó Cameron, dejando claro que su intención era la de intrigar a la audiencia al traer de vuelta al antagonista del primer filme como héroe en la secuela.