MADRID, 10 Abr. (CulturaOcio) -
El uso de Inteligencia Artificial en la producción audiovisual sigue siendo un tema altamente controversial en Hollywood. Así, mientras que son muchas las voces críticas que se alzan en contra de su uso, pidiendo una mayor regulación, también hay quienes resaltan las oportunidades que ofrece, como James Cameron. Y es que el oscarizado cineasta, lejos de tener miedo de esta herramienta, apuesta por aprovecharla para abaratar costes, algo que, en su opinión, se ha vuelto imperativo. Eso sí, en un a priori difícil equilibrio dice que hay que hacerlo sin "despedir al personal".
El pasado mes de septiembre Cameron se unía a la junta directiva de Stability AI, la empresa responsable del modelo de inteligencia artificial de conversión de texto a imagen Stable Diffusion. "Antes habría fundado una empresa para resolverlo. He aprendido que quizá no sea la mejor manera de hacerlo. Así que pensé, de acuerdo, entraré en el consejo de una empresa buena y competitiva que tiene un buen historial", explicó el director, tal y como recoge Variety.
Cameron defendió asimismo que su objetivo al unirse a la compañía "no era necesariamente ganar un montón de dinero". "El objetivo era entender el espacio, comprender lo que piensan los desarrolladores. ¿Cuál es su objetivo? ¿Cuál es su ciclo de desarrollo? Cuántos recursos hay que dedicar para crear un nuevo modelo que haga una cosa determinada, y mi objetivo era intentar integrarlo en un flujo de trabajo de VFX", argumentó.
"Si queremos seguir viendo el tipo de películas que siempre me han gustado, que me gusta hacer y que voy a ver... Dune, Dune: Parte 2 o una de mis películas o grandes películas de efectos especiales, tenemos que encontrar la manera de reducir el coste a la mitad", señaló el cineasta, remarcando que no se trataba de algo meramente "hipotético".
No obstante, el realizador se cuidó de aclarar que esta reducción de costes no significaba "despedir a la mitad del personal de la empresa de efectos especiales", sino de "duplicar la velocidad de finalización de una toma determinada, para que la cadencia sea más rápida y el ciclo de producción sea más rápido, y los artistas puedan seguir adelante y hacer otras cosas interesantes". "Esa es mi visión al respecto", concluyó.
CAMERON, MAESTRO DE LOS PRESUPUESTOS MONUMENTALES
Cameron es una voz realmente autorizada a la hora de hablar de cómo se manejan grandes pesupuestos. Ya antes de Avatar, en 1997 se gastó más de 200 millones de dólares en la exitosa Titanic y anteriormente había dirigido producciones bastante potentes como la secuela de Terminator, que en 1991 fue la primera en superar los 100 millones de dólares en costes de producción, marcando un hito en el cine de acción y efectos visuales, o Mentiras arriesgadas (1994) que también costó más de 100 millones de dólares.
El cineasta está inmerso ahora mismo en la finalización de los trabajos de post-producción de Avatar: Fuego y ceniza, la tercera enterga de su taquillera (y también muy cara) saga de ciencia ficción. Así, la primera película de Avatar, cinta estrenada en 2009 y que supuso una auténetica revolución tecnológica y visual con un 3D nunca visto hasta la fecha, contó con un prespuesto oficial de 237 millones de dólares. Pero algunas estimaciones sugieren que podría haberse elevado por encima de los 300 millones debido a costos adicionales no especificados, como marketing.
La secuela, una de las películas más caras de la historia debido a su innovadora tecnología de captura submarina y de nuevo revolucionarios efectos visuales, Avatar: El sentido del agua, que llegó en diciembre de 2022, habría tenido un coste de producción de entre 350 y 460 millones de dólares, a los que habría que sumar entre 150 y 200 millones de inversión en promoción, por lo que su presupuesto podría haber rondado los 600 millones de dólares.
Avatar: Fuego y ceniza, que aterrizará en los cines en diciembre de este año, cuenta con un presupuesto estimado de 250 millones, significativamente menor que el de la segunda película (casi 45% menos), lo cual podría deberse a que parte de los costos de producción se compartieron, ya que ambas secuelas fueron filmadas simultáneamente. Sin embargo, aún falta completar el laborioso proceso de post-producción en el que Cameron y su equipo llevan más de un año y el esfuerzo publicitario, por lo que a buen seguro esta cantidad se incrementará notablemente.
En todo caso, el mastodóntico negocio le ha funcionado hasta ahora a Cameron, un director que cuenta con tres películas entre las cinco más taquilleras de la historia del cine. Así, con más de 2.920 millones de dólares de recaudación en todo el mundo, la primera película de Avatar es el filme que encabeza el ranking mundial de taquilla de todos los tiempos mientras que El sentido del agua, que alcanzó los de 2.320 millones de dólares, ocupa el tercer lugar por delante de Vengadores: Endgame. Titanic, con 2.264 millones, aparece en el tercer puesto por delante de Star Wars: Episodio VII - El despertar de la fuerza con 2.071 millones de dólares.