MADRID, 24 Ago. (CulturaOcio) -
Jennifer Aniston considera que la cultura de la cancelación ha ido demasiado lejos. La actriz cree que la sociedad se ha vuelto muy extrema a la hora de considerar determinadas series, películas o personas como ofensivas. Como argumento, señala que no todo se encuentra al nivel de Harvey Weinstein, exproductor de cine condenado por diferentes cargos de violación y agresión sexual.
En una entrevista concedida a Wall Street Journal Magazine, Aniston expresó su malestar con la deriva que ha tomado el asunto en los últimos años. Estoy harta de la cultura de la cancelación. Probablemente me cancelen por decir eso. Simplemente, no entiendo lo que significa... ¿No existe la redención? No sé. No todos son Harvey Weinstein, indica la intérprete.
A tal respecto, Aniston profundizó en los desagradables encuentros profesionales que mantuvo con Weintein a lo largo de los años. No era una persona de la que dices: 'Dios, qué ganas de quedar con Harvey'. En realidad te decías: 'Oh, Dios, está bien, aguanta', afirma.
De hecho, recuerdo que vino a visitarme en una película para proponerme hacer otra. Y sí recuerdo haber hecho, conscientemente, quedarse a una persona en mi caravana, añade Aniston. Unas palabras que difieren de lo que Weinstein había declarado anteriormente al mismo medio, donde aseguraba que la actriz nunca había tenido ningún momento incómodo con él.
En lo referido a la cultura de la cancelación, no es la primera vez que Aniston se pronuncia en contra de cómo ha evolucionado. Hay toda una generación de personas, niños, que ahora vuelven a ver episodios de Friends y los encuentran ofensivos, se lamentaba anteriormente en una entrevista para Associated Foreign Press. Hubo cosas que nunca fueron intencionadas y otras bueno, debimos pensarlas mejor, pero no creo que hubiera una sensibilidad como la que hay ahora, se exculpaba.
La comedia ha evolucionado, las películas han evolucionado. Ahora es un poco complicado porque hay que tener mucho cuidado, lo que lo hace muy difícil para los humoristas. Porque la belleza de la comedia es que nos reímos de nosotros mismos, nos burlamos de la vida. Podrías bromear sobre alguien de creencias muy fuertes y reírte, rememora.
Se trataba de educar sobre lo ridícula que es la gente, y ahora no se nos permite hacer eso. ¡Todo el mundo necesita diversión! ¡El mundo necesita humor! No podemos tomarnos a nosotros mismos demasiado en serio. Especialmente en Estados Unidos. Todo el mundo está demasiado dividido, sentenciaba Aniston.