MADRID, 20 Abr. (CulturaOcio) -
Pese a la química que desprenden en pantalla Johnny Castle y Baby Houseman en Dirty Dancing, los actores que los interpretaron, Patrick Swayze y Jennifer Grey no conectaban. La protagonista del clásico filme de los 80 revela que ella y su compañero de rodaje no compartían ninguna "conexión natural".
La estrella de la película que en 1987 dirigió Emile Ardolino confiesa a People que Swayze y ella eran completamente incompatibles. Según reconoce, sus múltiples diferencias, sumadas a la obligación a estar juntos, crearon una "fricción" tanto en el rodaje como en su relación.
"Del mismo modo que Baby y Johnny no estaban destinados a estar juntos... no tenían una 'conexión natural', nosotros tampoco. Normalmente, si no la tienes con alguien... pasas página, pero a nosotros nos forzaron a estar juntos. Y eso creó como una especie de sinergia o fricción", declara la intérprete que también coincidió con Swayze en la cinta bélica Amanecer Rojo tres años antes de rodar Dirty Dancing.
Grey además ha reconocido que, de poder hablar con el difunto actor, que falleció a causa de un cáncer de páncreas en 2009, le pediría perdón por intentar cambiarle. "Si ahora pudiera decirle cualquier cosa, le diría 'Siento mucho no haber podido apreciar y deleitarme en quién eras, en vez de desear que fueras más como yo quería que fueras'", se sincera.
Aunque los actores que encarnaron el romance entre una joven adinerada y su profesor de baile no conectaran tras las cámaras, sus interpretaciones transmitieron todo lo contrario y cautivaron al público. Dirty Dancing, que contaba con un modesto presupuesto de tan solo 6 millones de dólares, terminó recaudando más de 210 millones y convirtiéndose en uno de los títulos más populares de finales de los ochenta.
La cinta además obtuvo nominaciones a importantes galardones como los Oscar o los Globos de Oro, ganando en la categoría de mejor canción original en ambos premios por el tema (I've Had) The Time of My Life.