MADRID, 11 Mar. (CulturaOcio) -
Jimmy Kimmel ejerció por cuarta vez como maestro de ceremonias de los Oscar en la gala que se celebró este domingo en el Dolby Theatre. Y como la experiencia es un grado, el cómico y presentado no ha tenido reparos en detener un momento la marcha normal de la ceremonia para responder, en directo, a las críticas que solo minutos antes había vertido Donald Trump.
Fue en el tramo final de la gala, justo antes de que Al Pacino presentara el Oscar la mejor película, cuando Kimmel salió al escenario para leer en voz alta la última publicación de Donald Trump en redes sociales en la que arremetía contra su labor como anfitrión de los premios de la Academia.
"¿Alguna vez ha habido un ANFITRIÓN PEOR que Jimmy Kimmel en los Oscar? Su apertura fue la de una persona inferior a la media esforzándose demasiado por ser algo que no es y que nunca podrá ser. Desháganse de Kimmel y sustitúyanlo por otro 'talento' de la ABC, acabado, pero barato como George Stephanopoulos", escribió Trump que tachó la gala de "aburrida", "políticamente correcta" e "injusta".
"¿Por qué no dan los Oscar a quienes se los merecen. Tal vez así su público y los índices de audiencia de televisión vuelvan de las profundidades. MAKE AMERICA GREAT AGAIN!", leyó Kimmel, que no dudó en contraatacar a Trump. "Vale, venga... a ver si adivináis qué expresidente acaba de publicar eso en TruthSocial. ¿Alguno? ¿Ninguno? Bueno, gracias, presidente Trump. Gracias por vernos, me sorprende que sigas ahí... ¿no ha pasado ya tu hora de ir a la cárcel?", dijo el presentador arrancando el aplauso del patio de butacas.
Y más allá de la respuesta de Kimmel, los Oscar 2024 fueron una noche en la que no hubo más referencias directas a Trump, aunque las alusiones políticas sí que estuvieron presentes. Y lo hicieron ya antes de la gala en la la que algunos de los asistentes, entre ellos Mark Ruffalo y Billie Eilish, lucieron pins rojos como símbolo a favor del alto el fuego en Gaza. Las protestas relacionadas con el actual conflicto en Oriente Medio congregaron a cientos de asistentes alrededor del Kodak Theatre y acabaron bloqueando el tráfico hasta el punto de que la ceremonia comenzó con cinco minutos de retraso.
Ya durante la ceremonia, cuando el director de La zona de interés, Jonathan Glazer, recogió el Oscar a la mejor película internacional, habló de la violencia en Oriente Próximo y estableció paralelismos con el mensaje de su desgarrador drama sobre el Holocausto.
"Nuestra película muestra a dónde conduce la deshumanización en su peor momento. Dio forma a todo nuestro pasado y presente. Ahora mismo, estamos aquí como hombres que reniegan de su condición de judíos y del Holocausto secuestrado por una ocupación que ha llevado al conflicto a tantas personas inocentes. Ya sean las víctimas del 7 de octubre en Israel o del actual ataque a Gaza, todas son víctimas de esta deshumanización: ¿cómo lo soportamos?", afirmó.