MADRID, 8 Ene. (CulturaOcio) -
Conocido por sus fechorías y locuras, el Joker es uno de los grandes villanos tanto de Gotham como de todo el Universo DC. Sin embargo, lo que nadie se esperaba es que el archienemigo más encarnizado de Batman fuera, en un repentino giro de los acontecimientos, a quedarse embarazado en los cómics.
Muchos héroes e incluso villanos, ya sea en el cine o en las viñetas, han afrontado la paternidad. Damian Wayne, es fruto de la pasión surgida entre Bruce y Thalia Ghul; Connor es el hijo que tuvo Oliver Queen con su exnovia de la universidad, Sandra Hawke; e incluso mercenarios como Deathstroke o Deadshot también son padres.
Sin embargo, ninguno lo ha hecho de un modo tan demencial como el Príncipe Payaso del Crimen. DC Cómics ha sorprendido (e incluso indignado) a algunos fans del Hombre Murciélago al publicar un cómic donde el psicótico e infame Joker luce un flamante embarazo. Este demencial suceso ha venido marcado por una historia secundaria que se encuentra el número 4 de The Joker: The Man Who Stopped Laughing publicado por la editorial.
En este disparatado relato a cargo de Matthew Rosenberg junto a Carmine Di Giandomenico, la poderosa hechicera Zatanna, que tantas aventuras ha compartido con la Liga de la Justicia en las viñetas, le lanza un conjuro a Joker, dejándolo embarazado para que de a luz al que será su hijo.
Sin embargo, por extraño que pueda parecer, no se trata de un enfrentamiento entre la maga y el Príncipe Payaso del Crimen. En realidad, fue una decisión que tomó la heroína después de que el Joker tratase de convencerla para formar una familia con él. Pero, como era de esperar, el encantamiento tenía su propia trampa.
La intención de Zatanna era que nadie más tuviese un hijo del villano. No obstante, durante la ejecución del encantamiento, el auténtico significado del mismo, fue malinterpretado, lo que propició que el Joker vaya a alumbrar a su propio bebé. Después de despertar y descubrir que está embarazado, el villano acude al Doctor Phosphorus, un reputado supervillano, el médico le dice, tras examinarlo, que no tiene ni la más remota idea de por dónde va a salir el pequeño.
De tal manera que, tras intentar parir, el misterio queda resuelto cuando el psicótico criminal empieza a vomitar una extraña sustancia de color marrón muy similar al barro de la que parece surgir un niño al que, mientras adquiere forma, el Joker reconoce como su vástago.
Es entonces, cuando mirándose el uno al otro, el pequeño comienza a tomar su aspecto definitivo, adquiriendo una apariencia casi exacta a la de su progenitor, el Príncipe Payaso del Crimen, dándole un final feliz a esta loca historia surgida en las viñetas de The Joker: The Man Who Stopped Laughing que apunta a ser autoconclusiva.