MADRID, 21 Dic. (CulturaOcio) -
Mark Hamill retomó su papel de Luke Skywalker en Star Wars para la escena final del Episodio VII, El despertar de la Fuerza, estrenada en 2015. Dos años después, en el siguiente capítulo de la saga, regresó con un papel ya con mucho más peso en Los últimos Jedi. El actor, que por entonces reconoció sentirse decepcionado con el destino que tuvo su personaje en la cinta de Rian Johnson, se ha vuelto a pronunciar sobre su participación en esta entrega de Star Wars.
Después de estrenarse en los cines, Hamill aseguró que no entendía el retiro espiritual de su personaje en el Episodio VIII de la saga creada por George Lucas y cómo se comporta durante algunos pasajes de la cinta escrita y dirigida por Johnson. Un Luke tan diferente del que los fans habían visto hasta el momento, del no quedaba ni un retazo de aquel Jedi que no rehuía de ninguna pelea en la trilogía original de Lucasfilm.
Ahora que se cumplen cinco años del estreno en cines de la película dirigida por Johnson, que fue controvertida ya que muchos fans no aceptaron de buena gana los cambios en la saga que proponía en su, para algunos, demasiado transgresor argumento, el intérprete ha aclarado si su opinión al respecto ha cambiado. A través de Twitter, Hamill ha expuesto sus actuales pensamientos sobre el enfoque tan oscuro que tuvo Luke Skywalker en este capítulo de la saga galáctica cuando un seguidor de Star Wars le preguntó al respecto.
"Hola @MarkHamill. Ya que es el 5 aniversario del estreno de TLJ, ¿tienes alguna anécdota o recuerdo sobre el rodaje de la película que te gustaría compartir? ¿Has cambiado de opinión sobre algo tras estos 5 años? ¿Habrías hecho algo de forma diferente?, escribió el usuario 1Flukeskywalker.
La respuesta del actor, claro, no se hizo esperar. Y fue tan tajante como parca: "La verdad es que no. Un poco. Sí. De Nada", escribió Hamill, dejando claro y sin entrar en detalles, que, efectivamente, su postura sobre su Los últimos Jedi, puede haber cambiado con el paso de los años.
De hecho, a pesar de ser una de las superproducciones más polémicas, llegando a dividir a los fans de Star Wars, la cinta de Johnson fue todo un éxito de taquilla, llegando a recaudar más de 1.300 millones de dólares en todo el mundo. Es más, sus defensores la califican como la mejor película de Star Wars tras las de la trilogía original.