MADRID, 1 Dic. (CulturaOcio) -
El irlandés, la última película de Martin Scorsese, ya está en Netflix. A pesar de que el filme ha sido acogido con entusiasmo por la crítica, lo cierto es que algunos usuarios de la plataforma se han quejado de la extensa duración del filme.
Este último capítulo en la historia cinematográfica del crimen cuenta con una duración de 3 horas y media. Esto ha llevado a que los espectadores se pregunten por qué Scorsese no ha optado por hacer una mini-serie en lugar de una película, algo a lo que el director se ha opuesto justificadamente.
"Absolutamente no. Ni se me ha pasado por la cabeza", afirma Scorse ante esta posibilidad. "El éxito de este película reside en la acumulación del detalle. Es el efecto de acumulación al final de la película", apunta el cineasta. Según explica, hay que ver la película de principio a fin (de una vez) "si de verdad tienes interés en ella".
Sobre las series, Scorsese ha afirmado que aunque son "geniales y maravillosas, ya que te permiten desarrollar personajes, tramas y recrear mundos", no cree que sean el formato que su historia necesitaba.
En cuanto al intenso final del filme, el cual es considerado clave por Scorsese, el director ha afirmado que es una conclusión que un gran estudio nunca hubiera permitido.
"¿Un hombre en silla de ruedas? No, eso no ocurriría" afirma el cineasta. Según él, los estudios "quieren hacer la mayor cantidad de dinero posible", por lo que no se atreverían a concluir la película con un anciano incapacitado, a pesar de que algo muy similar fue utilizado por su amigo Francis Ford Coppola para la conclusión de la saga de El Padrino.