MADRID, 29 Sep. (CulturaOcio) -
La saga de los mutantes más famosos de la gran pantalla concluirá con X-Men: Dark Phoenix, pero todo comenzó en 2000 con la trilogía original. Desde entonces, y tras varias muertes de personajes, la franquicia ha intentado hilar las diferentes historias de numerosos mutantes aunque sin mucho éxito.
Bien es cierto que la trilogía original sí que tiene una línea temporal con bastante sentido. Todo va a un ritmo razonable, aunque algún que otro arco argumental carezca un poco de lógica. Sin embargo, las cosas comienzan a ponerse algo turbias en X-Men: La decisión final, tercera entrega de la citada trilogía.
Estos pequeños cambios que desembocan en una teoría del caos son atribuibles a que la película cambió a su equipo creativo, lo que le llevó a perder el tono y la estética que habían instaurado sus predecesoras. Además, el filme contiene a demasiados personajes y una trama bastante enrevesada.
Por si fuera poco, en La decisión final mueren tres personajes principales. Un movimiento que, evidentemente, le cerró muchísimas puertas de cara al futuro a la franquicia. A su vez, y para intentar sanar dicho gran error de continuidad, 20th Century Fox quiso encontrar la panacea en la realización de precuelas como si se fuera a acabar el mundo. Por desgracia para ellos tampoco ha funcionado esa estrategia para unos personajes que serán incluidos, próximamente, en el Universo Cinematográfico Marvel.
