MADRID, 17 Dic. (CulturaOcio) -
Nada es inamovible. Este es el 'mantra' que J.J. Abrams se encarga de repetir una y otra vez al ser interrogado sobre cómo la nueva película de Star Wars, El ascenso de Skywalker, gestionará lo expuesto por Rian Johnson en la duramente criticada Los últimos Jedi.
((ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
Uno de los puntos más controvertidos del Episodio VIII, con permiso de la identidad de los padres de Rey o la socialización de la Fuerza, fue la muerte del que parecía era el nuevo gran villano de la saga, el Líder Supremo Snoke.
El mandamás de la Primera Orden fue traicionado por su protegido, Kylo Ren, que acabó con él en el salón de su trono mientras luchaba con Rey... ¿les sueña familiar, verdad? Una secuencia que, en tono más bermellón y con un combate más espectacular, repitió el esquema que Lucas que plasmó en el clímax de El Retorno del Jedi, cuando durante su enfrentamiento con Luke Skywalker, Darth Vader acaba por sorpresa con la vida del Emperador y salva así a su hijo.
La (enorme) diferencia es que aquí Ben Solo no quería salvar a nadie... solo buscaba subir en el escalafón, dominar la galaxia ocupando el puesto de su mentor como flamante Líder Supremo de la Primera Orden.
Recientemente también interrogaron a Abrams sobre su reacción cuando en guión de Johnson acabó con el Líder Supremo Snoke. "Cuando leí su primer borrador me hizo reír porque vi que era su opinión y su voz", confesó.
"Pude ver cortes de la película mientras él estaba trabajando en ella, como miembro de la audiencia. Y aprecié las decisiones que tomó como cineasta que probablemente serían muy diferentes de las elecciones que yo hubiera hecho. Del mismo modo que habría tomado diferentes decisiones si hubiera hecho el Episodio VII", reveló.
Ahora, sin Snoke pero con Palpatine de vuelta, habrá que ver cómo encaja Abrams todas las piezas para dar una conclusión satisfactoria a la saga que arrancó ya hace más de 40 años.