MADRID, 4 Oct. (CulturaOcio) -
Joker: Folie à Deux ya está en los cines. La secuela protagonizada por Joaquin Phoenix como Arthur Fleck y Lady Gaga como Harley Quinn cuenta con violencia, locura, mucha música... y con un desenlace que, tal y como prometió el director del filme, Todd Phillips, para bien o para mal no dejará a nadie indiferente. Un final que incluso vuelve a abrir la discusión sobre la verdadera identidad y origen del que será la gran némesis de Batman.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
En declaraciones a Slashfilm Phillips ya adelantó que el final de la película generaría fuertes reacciones en los espectadores y no dejaría a nadie indiferente, algo que enseguida confirmaron las primeras críticas. Y es que, tal y como se filtró desde la proyección del filme en Venecia, el desenlace de la historia de Arthur Fleck no es precisamente amable con el personaje de Joaquin Phoenix.
En los últimos compases del filme una inesperada explosión en el juzgado donde el Joker estaba siendo procesado, y acaba de ser condenado, por los asesinatos que cometió en la primera película le permite escapar. Pero los sueños de libertad se ven truncados cuando su amada la Lee Quinnzel de Lady Gaga, lo rechaza en las ya legendarias escaleras donde Arthur bailó y fumó fantaño.
Lee está totalmente desencantada después de ver cómo durante el tramo final del juicio Arthur reniega de su identidad de Joker y se arrepiente de sus crímenes. Así, y a pesar de que dice esperar un hijo suyo, rechaza a Fleck y se va sola hacia un destino incierto. Justo en ese momento, por obra y gracia de la magia del cine, es cuando un puñado de coches de Policía da al fin con el reo fugado.
De nuevo entre los muros de Arkham, un joven recluso, encarnado por Connor Storrie, se acerca hasta Arthur cuando este camina solo por el pasillo para atender una inesperada (y sospechosa) visita. El joven preso se ofrece a contarle un chiste y acaba su broma con un "Tienes lo que mereces" apuñalando repetidas veces en el estómago al personaje de Phoenix.
Y mientras la cámara se centra en el rostro de Arthur, que se desangra en el suelo con una mueca que deja adivinar una sonrisa, quién sí ríe a carcajadas es su asesino que, al fondo del plano, se corta las comisuras de sus labios con el mismo arma con el que acaba de acuchillar al Joker.
Este abrupto desenlace, que pone fin al Joker de Phoenix y parece sugerir que su sucesor será precisamente su asesino... Y no solo su sucesor sino, como apuntan algunos, el que estaba destinado a ser el verdadero Príncipe Payaso del Crimen desde el principio. Y es que, a pesar de que la encarnación de Phoenix fue muy aplaudida en 2019, se alejaba considerablemente del canon del personaje de DC.
Así, tanto el acto de violencia gratuita que comete (pues si por algo es conocido el villano es por su caótico e impredecible comportamiento), como la cicatriz que le quedará en su rostro, similar a la del Joker de Heath Ledger en El caballero oscuro de Christopher Nolan (de hecho, hay quien ve en Joker 2 la historia de origen del villano principal del villano de Nolan) indican que el recluso sin nombre será el archienemigo de Batman llegado el momento... aunque si ese momento llegará a materializarse en la pantalla o no aún está por ver.
POR QUÉ LO MATA
Y si bien es cierto que el Joker no necesita motivos más allá que el de sembrar el caos, la cinta ofrece algunas lecturas sobre por qué el recluso mata a Arthur. Y es que, según apunta ScreenRant, el personaje de Storrie, que en varias escenas aparecía mirando fijamente a su futura víctima, podría tanto idolatrarle de forma extrema como considerarle indigno de su fama e incluso sobrenombre.
Así, podría ser que el joven recluso admirara tanto la figura del Joker que quisiera imitarlo, ocupando su puesto... pero también podría ser que considerase, como le ocurre a Harley Quinn al final del filme, que al renegar en el juicio de su identidad como Joker y de sus crímenes, se sintiera traicionado.
Parece que el personaje de Storrie quiere abrazar la personalidad del Príncipe Payaso del Crimen en su totalidad, asimilándola por completo marcando incluso su rostro con una permanente sonrisa tras acabar con quien se arrepintió públicamente de ser Joker y todo lo que ello representa.
Es significativo además que el chiste del recluso sea de alguna manera un reflejo del que contara el Joker en el programa de Murray Franklin en la primera cinta. Y es que, tanto Phoenix como Storrie acaban la broma (que, aunque empieza de manera típica, enseguida cobra matices claramente personales) con una sentencia: "Tienes lo que te mereces".
