MADRID, 18 Nov. (CulturaOcio) -
Netflix ha apostado por el cine de época con El prodigio (The Wonder), cinta dirigida por Sebastián Lelio. La película, protagonizada por Florence Pugh y ambientada en el siglo XIX, gira en torno a la historia de una niña que milagrosamente sobrevive durante meses sin comer. El largometraje es una adaptación de un libro de Emma Donoghue pero, ¿está basada su trama en hechos reales?
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
Si bien tanto la novela como la adaptación cinematográfica son ficticias,
algunos aspectos de su historia se basan en el fenómeno de las mujeres ayunadoras. En la época victoriana, se dieron varios
casos de mujeres que afirmaban no comer durante largas temporadas sin consecuencias. En algunas ocasiones, las mujeres dejaban de comer por cuestiones religiosas, pero también se cree que
podrían tratarse de los primeros casos de anorexia, que en aquel momento no era una enfermedad reconocida.
Muy sonado fue el caso de Sarah Jacob, una joven galesa cuyos padres afirmaron que no había comido en dos años. Otro caso conocido es el de Mollie Fancher que, tras una lesión que le obligó a estar en cama, aparentemente dejó de comer.
Las historias de algunas de estas mujeres ayunadoras acabaron en la muerte por inanición, en hospitalizaciones e incluso demostrándose que eran engaños. En los relatos más extremos, se llegó a decir que habían pasado décadas sin comida. La cinta de Sebastián Lelio no va tan lejos, ya que se dice que la protagonista, Anna, estuvo sin comer solo durante unos meses.
Aunque la historia de El prodigio es ficticia, se acerca a los relatos de las mujeres ayunadoras y es precisa en cuanto al período en el que se desarrolla. La historia tiene lugar en Irlanda a mediados del siglo XIX, después de la Gran Hambruna, pero antes de que se acuñara la anorexia como término oficial. A medida que se hicieron avances médicos, la gente se mostró más escéptica ante tales relatos.
El final de El prodigio revela que Anna no posee ninguna habilidad especial, ya que su madre le daba bocados de comida en sus besos de buenas noches. El fanatismo religioso de los padres de Anna sirve como ejemplo de la manipulación que las mujeres ayunadoras también podrían haber experimentado y que las podría haber empujado a dejar de comer.
