MADRID, 18 Sep. (CulturaOcio) -
Cary Elwes, conocido por haber sido Westley en la mítica 'La princesa prometida', ha puesto el grito en el cielo después de que el director ejecutivo de Sony, Anthony Vinciquerra, abriera la puerta a un posible remake de la icónica película dirigida por Rob Reiner en 1987. No es el único, varios fans de la cinta han pedido en redes sociales que esta idea se deseche.
"Hay una pequeña cantidad de películas perfectas en este mundo. Sería una pena dañar a una de ellas", comentó Elwes indignado en Twitter después de que Vinciquerra comentase la posibilidad de hacer una nueva versión de 'La princesa prometida'. El CEO de Sony declaró que hay gente interesada en revisitar la historia de Westley, Buttercup y el mítico Íñigo Montoya.
"Hay mucha gente que viene a nosotros para comentarnos que quiere hacer un remake de tal serie o película", declaró Vinciquerra a Variety. "Hay personas muy famosas, cuyos nombres no desvelaré, que desean hacer un remake de La princesa prometida", expresó el director ejecutivo. Parece que el deseo de esas celebridades no es del gusto del público, que no ha dudado en pedir que esto no llegue a producirse.
Jamie Lee Curtis, cuyo marido es Christopher Guest, que interpretó al conde Tyrone Rugen, ha sido una de las primeras en mostrar su desacuerdo. "¿En serio? Bien, me casé con el hombre de seis dedos. Llevamos juntos 35 años y 'La princesa prometida' solo es UNA y es la de William Goldman y Rob Reiner", escribió la actriz, para después citar: "La vida es dolor, alteza. Quien diga lo contrario solo os está engañando".
Debido a que Vinciquerra ha comentado que han sido varios los famosos los que desean hacer el remake, varias celebridades se han apresurado a comentar que ellos no han sido y que "nunca" llegarían a atraverse, como Seth Rogen. "¡Jamás se te ocurra hacer un reboot de 'La princesa prometida'!", comentó el productor y guionista Adam García.
'La princesa prometida' es considerada una de las películas clásicas de la década de los años 80, un filme de culto que en 2016 ingresó en el Registro Nacional de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos para su preservación para la posteridad al ser "cultural, histórica o estéticamente significativa".