MADRID, 12 Feb. (EDIZIONES) -
Los droides astromecánicos como R2-D2 se han convertido, a lo largo de las siete películas de la saga, en personajes de lo más emblemáticos dentro del universo de Star Wars. J.J. Abrams lo tenía bastante claro a la hora de desarrollar el guión de Star Wars: El despertar de la Fuerza. Con R2 sumido en una especie de coma robótico, el director decidió introducir un nuevo droide a la franquicia: el simpático BB-8.
En el universo cinematográfico creado por George Lucas existen un gran número de personajes que son capaces de entender el idioma robótico utilizado por estos personajes, por lo que los espectadores intuyen que en realidad, aunque desconozcan el idioma, los droides hablan y se comunican tanto entre ellos como con el resto de personajes.
Sin embargo, lo que el espectador desconocía, hasta ahora, es que en realidad BB-8 tenía líneas reales de diálogo en el guión original. Ben Schwartz, quien ayudó a crear la voz del droide junto a Bill Hader, explica la necesidad de dichas líneas de diálogo a la hora de guiar a los actores para crear el personaje, además de explicar el proceso seguido para su creación.
"Escribimos unas líneas de diálogo real para él, y existen grabaciones mías sobre las escenas", comenta el colaborador de El despertar de la Fuerza. "J.J Abrams me mostraba escenas y yo doblaba con palabras lo que BB-8 diría en respuesta a lo que Rey o los otros personajes les decían. El objetivo era pasar ese material a Lucasfilm para que lo transformaran en pitidos y beeps. Los editores me dijeron después que todo el diálogo grabado se utilizó a la hora de editar el resultado final, de modo que si Rey por ejemplo tenía una escena con BB-8, se utilizaron mis líneas de diálogo para ayudar a saber cuánto debían durar los diálogos, ampliar y cortar y todas esas cosas".
Éste proceso creativo tiene más sentido del que podría parecer a priori. Al fin y al cabo, cuando BB-8 se comunica, en realidad está tratando de transmitir una información muy específica respecto a lo que está sucediendo en ese momento. No son balbuceos ni un chorro de palabras ininteligible, salvo tal vez en la secuencia en la que no para de rebotar en el interior del Halcón Milenario.
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Gracias al proceso utilizado para construir la personalidad del nuevo droide, las escenas en las que interviene BB-8 están dotadas de un realismo tal, que parece en todo momento que realmente está dotado de inteligencia, que puede expresar y comunicar pensamientos concretos. Una inteligente estrategia utilizada por J.J. Abrams para agilizar el trabajo de los actores durante la grabación de El despertar de la Fuerza.
Con BB-8 nos reencontraremos en Star Wars VIII, siguiente entrega de la nueva trilogía que ya ha comenzado su rodaje a las órdenes de Rian Johnson (Looper). El director también firma el guión de esta cinta en la que también veremos a los nuevos protagonistas de la saga: Daisy Ridley como Rey; John Boyega como Finn, Oscar Isaac como Poe Dameron; Adam Driver como Kylo Ren; Andy Serkis como el Líder Supremo Snoke, Domhnall Gleeson como el General Hux; o Gwendoline Christie como Capitán Phasma.
La película se estrenará el diciembre de 2017. Antes, en diciembre de este mismo año llegará Rogue One: A Star Wars Story, el primero de los spin-off que ampliarán el universo de Star Wars con diferentes películas independientes de la nueva trilogía. La primera, dirigida por Gareth Edwards (Godzilla, Monsters) y protagonizada por Felicity Jones (La teoria del todo) relatará los esfuerzos de un grupo de pilotos rebeldes por hacerse con los planos de la Estrella de la Muerte.