MADRID, 22 Dic. (CulturaOcio) -
Como bien saben los seguidores de Star Wars, el color de los sables láser es mucho más que una simple cuestión estética. Del rojo propio de los sith hasta aquel por entonces rompedor morado de Mace Windu, pasando por los dos colores, el verde y el azul, que lució Luke Skywalker, el simbolismo que encierra la hoja de luz de las armas más emblemáticas de la saga es enorme.
En El ascenso de Skywalker uno de los personajes protagonistas empuña un nuevo sable láser con un llamativo color que, además de ayudar a Disney a vender millones de nuevos juguetes, esconde un gran significado: nada más y nada menos que dar cumplimiento, 42 años y 11 películas después, a la gran profecía de la saga de las sagas.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
Durante la última escena de la película dirigida por J.J. Abrams, Rey viaja hasta a Tatooine, lugar donde se crió su maestro Luke Skywalker y donde arrancó la franquicia, para enterrar tanto su sable láser como el de su hermana, Leia en un acto cargado también de simbolismo. Rey no puede enterrar sus cuerpos, se hicieron uno con la Fuerza, en el lugar en el que deberían descansar en paz, así que hace lo propio con sus espadas de luz. Es en ese momento en el que la última Jedi muestra el que será de ahora en adelante su espada láser.
Un arma que está cargada de simbolismo. Y no solo porque su empuñadura corresponda con el bastón que el personaje utilizaba para defenderse en El despertar de la Fuerza, sino por el color de su hoja: el color amarillo.
Los sables de luz de color amarillo, si bien no son tan comunes como los verdes o como los azules, ya han aparecido en varias ocasiones en el universo de Star Wars. Es, por ejemplo, el color de las armas de los Guardias del Templo Jedi en Coruscant que llevan lanzas de luz de doble filo con sus hojas amarillas.
REY, LA ELEGIDA
Sin embargo, este color en manos de Rey tomó un significado mucho más elevado, ya que puede interpretarse que es el cumplimiento a la profecía del elegido, en este caso la elegida, aquella que sería encargada de destruir a los sith y restaurar el equilibrio en la Fuerza.
Lo primero lo consigue Rey, a costa de su vida que luego le devuelve el sacrificado Ben Solo en la lucha final contra su abuelo Palpatine. Lo segundo va intrínseco precisamente en eso, en el hecho de que en realidad Rey sea una Palpatine de nacimiento... y una Skywalker de adopción: A pesar de que la joven Jedi tiene en sus venas la sangre de los Palpatine, su formación corrió a cargo de los Skywalker, siendo este el apellido que escoge al término del fin.
Por tanto, puede afirmarse que Rey es Sith de nacimiento y Jedi por elección, una dicotomía que cumple con la legendaria profecía del universo de Star Wars. Y la unión de los dos lados de la fuerza, la oscuridad de los Palpatine y la luz de los Skywalker, encarnada en Rey no podría haberse representado mejor que a través de un sable de luz amarilla, color fruto de la combinación entre el rojo de los Sith y el verde de los Jedi.
