MADRID, 19 Feb. (EDIZIONES - David Gallardo) -
Carnal, sudoroso, excesivo, vicioso, salvaje, pendenciero, calavera, sinvergüenza, libidinoso, lúbrico, lascivo, incontrolable, bestial y disoluto. Estos son algunos de los adjetivos que bien pueden utilizarse para definir a Ronald Belford 'Bon' Scott, icónico vocalista de AC/DC desde 1974 hasta su trágico fallecimiento el 19 de febrero de 1980 por una juerga demasiado despreocupada.
Así las cosas, este lunes se cumplen exactamente 38 años de la muerte de uno de los rockeros más llorados y recordados, debido a todas las cualidades antes mencionadas, pero también gracias a su inagotable carisma escénico y a una torrencial voz, perfecta para desgañitarse sobre la música perpetrada por Angus y Malcolm Young (este último fallecido el pasado otoño) con sus afiladas guitarras.
En contra de la extendida creencia, no fue Bon Scott el cantante original de AC/DC, pues ese honor recae sobre Dave Evans, quien puso voz a los primeros sencillos de la púber banda. Pero cuando en 1974 llegó Bon todo explotó en mil pedazos y el rock and roll recibió con los brazos abiertos a uno de sus nombres destacados, convertido en leyenda por su prematura muerte, lamentablemente acorde con sus hábitos nocturnamente brutalistas.
Empezaba así una frenética carrera que duraría apenas un lustro, pero que dejó para la posteridad un puñado de discos tórridos, integrados por canciones ardientes en las que la impronta de la garganta de Bon Scott es fogosa y humeante a partes iguales. Escogemos 5 como homenaje.
BABY PLEASE DON'T GO
Es la primera canción del primer disco de AC/DC, High Voltage (Australian Version), de 1975. Se trata de una versión de un tema de Big Joe Williams, pero de algún modo ya avisa de que estamos ante un grupo en constante peligro de descarrile, con todo lo que ello conlleva de daños materiales. El disfraz de Bon como colegiala es revelador.
IT'S A LONG WAY TO THE TOP (IF YOU WANNA RNR)
Las guitarras que abren esta canción ya son de por sí suficientemente desafiantes y cortantes, pero cuando aparece la voz principal es como si una navaja albaceteña te acuchillara los oídos. Curioso resulta que Bon, por algún motivo consumado gaitero, convierta a este improbable instrumento en protagonista casi tan relevante como las guitarras. O al menos a la par.
LET THERE BE ROCK
'Hágase el rock' es el cuarto disco de AC/DC, un disparo certero pasado de vueltas en lo que a decibelios y electricidad se refiere, por culpa de temas como Go Down, Dog Eat Dog, Problem Child, Hell ain't a bad place to be y este Let there be rock que describe con precisión de qué va todo eso de la liturgia del rock.
WHOLE LOTTA ROSIE
Nunca una noche de lujuria tuvo una plasmación musical tan cachonda. Y es que Rosie era una oronda muchacha que tuvo la suerte... la desgracia... la oportunidad... venga, digamos oportunidad, de pasar un rato íntimo con Bon Scott. A pesar de ser un tipo experimentado, tan impresionadó quedó por las habilidades de ella que no pudo por menos que dedicarle toda una canción, clásico instantáneo que sigue siendo momento cumbre en los conciertos de AC/DC, muñeca hinchable gigante mediante.
HIGHWAY TO HELL
No estaba destinado a ser su epitafio, pero Bon pagó con el más alto de los precios su tendencia al despiporre y amaneció muerto en Londres la mañana del 19 de febrero de 1980 en el coche de un amigo tras una noche de juerga bravía. Para entonces el éxito de AC/DC era una realidad mundial gracias al disco Highway to Hell. Una autopista que Bon Scott, ahora inmortal, recorrió sin peajes demasiado pronto, con 33 años, la edad de Cristo. Y la historia del rock continuó, pero fue... otra cosa.