MADRID, 26 Sep. (CulturaOcio - David Gallardo) -
Da la sensación observando la portada de 'Abbey Road' de que los cuatro Beatles saben que se marchan para siempre. Es como si hubieran dejado sus instrumentos y hubieran dicho "vámonos, nuestro trabajo aquí ya está hecho". Al alcanzar ese punto de liberación, cruzan la calle por el ya célebre paso de peatones ordenadamente y en paz con ellos mismos. Sabiendo que dejan tras de sí un legado imperecedero y atemporal que retumbará durante mucho tiempo. Y medio siglo después, efectivamente, sigue retumbando.
Puede que no fuera exactamente así, pues además recientes revelaciones apuntan a que el grupo no pensaba realmente en separarse en aquel verano, pero lo que está claro es que el 20 de agosto de 1969 fue la última vez que John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr estuvieron juntos en un estudio de grabación. En los EMI Recording Studios, concretamente, que pasaron poco después a llamarse Abbey Road por el éxito del disco de los Beatles del mismo título, lanzado el 26 de septiembre de 1969. Hace ahora 50 años.
Y sí, es cierto y hay que aclarar una vez más que en la primavera de 1970 aún llegó 'Let it be'. Pero aunque éste fue su último lanzamiento discográfico oficial, su contenido había sido grabado casi en su totalidad, salvo algunos retoques posteriores, antes de 'Abbey Road' y antes de ese 20 de agosto en el que el cuarteto dejó de facto de ser un grupo. De manera que 'Abbey Road' es el último: el canto del cisne.
No andaban del todo bien las cosas entre ellos, eso es verdad. Ya pensaban seguramente de más en sus carreras en solitario, hastiados del paso del propio monstruo que sin darse cuenta habían creado. La fama y la grabación de discos como el 'White Album' (1968) dañaron sus relaciones personales como ocurre en las mejores familias -andaba por ahí Yoko Ono, además-, pero la marca The Beatles aún les mantenía unidos.
FEBRERO DE 1969
Las sesiones para 'Abbey Road' -su undécimo álbum- comenzaron el 22 de febrero de 1969, tan solo tres semanas después de que terminaran las de su anterior proyecto -un disco inicialmente titulado 'Get back' pero que terminaría siendo 'Let it be' y, como ya dijimos, vería la luz después de 'Abbey Road'-. En mayo volvieron a separarse y retomaron en el mes de julio con toda la decisión.
La dualidad Lennon-McCartney batalló como siempre durante el proceso, pues el primero quería un disco tradicional con canciones independientes, mientras el segundo -apoyado por el recuperado productor George Martin- deseaba seguir la senda abierta con 'Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band' (1967) e incorporar un medley.
Durante las sesiones, Lennon incluso pidió que todas sus canciones fueran en la cara-A y las de Paul en la cara-B, algo que finalmente no ocurrió. Y además, el álbum se cierra con un extenso medley, un empeño personal de McCartney tanto por lo creativo como en respuesta a la acusación de John de que estaba haciendo "música para abuelos".
Entre tanta refriega, terminó emergiendo George Harrison con dos aportaciones colosales con las que se reivindicaba como compositor y que desde entonces están entre las favoritas de los fans del grupo: 'Sometimes' y 'Here comes the sun'. El tándem de genios lo acaparaba todo, pero había mucho más talento por aflorar en el seno del cuarteto.
El batería Ringo Starr coló su 'Octopus garden' para redondear una obra que también cuenta con 'Come together' de Lennon o 'You never give me your money' de McCartney, autor también del medley final casi en su totalidad. Como resultado, 'Abbey Road' es una obra abierta y ambiciosa que incorpora géneros como el blues, el pop y el rock progresivo, y destaca por el prominente uso del sintetizador Moog.
ICÓNICA PORTADA
Se puede debatir si la de 'Abbey Road' está entre las portadas más famosas de la historia de la música, pero lo que queda fuera de toda duda y posible apelación es que con apenas un puñado de pasos, los Beatles convirtieron ese paso de peatones del norte de Londres en el más icónico de la cultura popular del siglo XX.
La icónica imagen fue tomada el 8 de agosto de 1969. Estaban ultimando el disco, así que no había un plan concreto ese día, pero de manera improvisada montaron una sesión fotográfica en la que únicamente se tomaron seis instantáneas, con los cuatro miembros de los Beatles cruzando el paso de peatones que ahora es uno de los lugares de peregrinación obligada para cualquier melómano que se precie, más allá de su nivel de fanatismo hacia los 'fab-four'.
Mientras la policía cortaba el tráfico, el fotógrafo Iain Macmillan apenas contó con diez minutos para hacer esas seis fotos a partir de una idea esbozada por Paul, encargado después de decidir cual serviría de portada para el álbum.
Infinidad de curiosidades se sucedieron a partir del lanzamiento de Abbey Road. Como la de ese coche 'escarabajo' (Volkswagen Beetle) perteneciente a un vecino y aparcado en el lado izquierdo de la calle, cuya matrícula LMW 281F fue robada reiteradamente para desesperación de su dueño quien, en cualquier caso, pudo sentir la satisfacción de ver a su coche convertirse en icono pop e incluso pieza de museo.
Los fans también han analizado la portada para sustentar la teoría de que McCartney en realidad estaba muerto -el famoso 'Paul is dead'-, lo cual no hizo otra cosa que aumentar la notoriedad de la instantánea. Incluso hay quien defiende que es una recreación de su entierro, con John de blanco como oficiante, Ringo de negro como el enterrador y George el sepulturero.
Para hacerse una idea del calado en la cultura popular del paso de cebra de 'Abbey Road' solo hay que hacerse una pregunta: ¿Cuánta gente habrá imitado esta foto en los últimos cincuenta años? Imposible cuantificarlo. En diciembre de 2010, de hecho, el ayuntamiento otorgó protección especial al lugar por su "cultural e histórica importancia" y desde 2011 una webcam permite ver en vivo lo que allí ocurre.
NÚMERO 1
En los dos primeros meses tras su lanzamiento el 26 de septiembre de 1969, 'Abbey Road' vendió cuatro millones de copias en Reino Unido, donde ocupó el número 1 durante once semanas antes de ser desbancado por el 'Let it bleed' de los Rolling Stones. La siguiente semana, coincidiendo con Navidad, 'Abbey Road' regresó al primer puesto durante otras seis semanas, siendo definitivamente desalojado por 'Led Zeppelin II'.
Similar fue en Estados Unidos, con el álbum número 1 durante otras once semanas en la cima del Billboard. En Japón, se mantuvo durante 298 semanas en el 'Top 100' a lo largo de toda la década de los setenta. Las cifras de ventas se empiezan a nublar a partir de los 31 millones con los que fue certificado en 2011, pero esa cantidad resulta insuficiente porque el disco se sigue vendiendo tanto en CD como en vinilo.
A todos estos números hay que sumar las nuevas métricas de descargas digitales y reproducciones en plataformas streaming donde, por cierto, está claro cual es la preferida de los fans: 'Here comes the sun' con 358 millones de escuchas solo en Spotify, seguida muy de lejos por 'Come together'. Después de tanta lucha de egos entre Lennon y McCartney, ahí está el bueno de George Harrison imponiéndose con holgura y gallardía. Y no deja de tener su punto eso.
'Abbey Road' queda, en definitiva, como el aclamado canto del cisne de los Beatles después de una década de los sesenta absolutamente frenética. Supuestamente, Lennon, ya lanzado como solista, había decidido en algún momento de 1969 abandonar el grupo, que se acabó oficialmente el 10 de abril de 1970 con McCartney anunciando públicamente su marcha. Para cuando llegó 'Let it be' el 8 de mayo, The Beatles ya eran leyenda.