MADRID, 6 Feb. (EDIZIONES - David Gallardo) -
El advenimiento de Robert Nesta Marley Booker tuvo lugar en Nine Mile (Saint Ann, Jamaica) el 6 de febrero de 1945, hijo de una afro-jamaicana y de un jamaicano blanco de ascendencia inglesa. Este miércoles hubiera cumplido 73 años.
Su condición de mulato le generó no pocas molestias durante su infancia y adolescencia, un tiempo en el que se dedicó a escuchar sin parar las emisoras estadounidenses que se captaban en Jamaica, y en las que sonaban artistas como Raymond Charles, Curtis Mayfield, Fats Domino o The Drifters.
Pronto compartió afición y pasión con otros jóvenes como Bunny Wailer, Pete Tosh y Junior Braithwaite. Cuando el cuarteto incorporó a las coristas Beverly Kelso y Cherry Smith, sin saberlo, habían creado al grupo de música más influyente de Jamaica, los Wailing Wailers, en 1963.
Este es sólo el comienzo de una apasionante historia que se desarrolló durante las décadas siguientes, con el reggae infectando literalmente todo el mundo gracias a la egregia figura de Bob Marley, convertido en icono en vida y leyenda después de su muerte en 1981 con tan solo 36 años.
SIMMER DOWN (1963)
El debut de los Wailing Wailers con la discográfica Coxsone estaba evidentemente influenciado por el rock estadounidense de mitad del siglo XX, pero ya aportaba ciertos ingredientes propios, con un ritmo ska casi hipnótico y una sección de metales evocadora.
STIR IT UP (1973)
La madre de Bob se mudó a Estados Unidos y él la siguió, pero duró apenas unos meses antes de regresar a la isla con su mujer Rita Marley. Este regreso coincidió con un interés creciente por parte del músico en la cultura rastafari, que sería definitivo para la originalidad de su música. Además, volvió a juntarse en 1966 con Bunny y Pete en, ahora sí de verdad, The Wailers.
La suerte no terminaba de sonreir a The Wailers, pero todo se encauzó cuando conocieron a Lee Perry y los éxitos empezaron a llegar. Catch a Fire (1973) fue su primer disco con Island Records, el que les abrió el camino como la rareza reggae en un mundo de pop rock más bien ermético. ¿Pero quién podría resistirse a la cadencia de Stir it Up?
I SHOT THE SHERIFF (1973)
El fundador de Island Records, Chris Blackwell, fue el gran valedor de Bob Marley & The Wailers (también lo sería de U2 años después, pero esa es otra historia), y a través de su sello la banda creció hasta lo inimaginable. No en vano, su segundo disco, Burnin' (también de 1973), contenía canciones que ahora son clásicos del reggae como Get Up Stand Up y I Shot the Sheriff. Esta última recibió el empujón definitivo al ser versionada por Eric Clapton, pero nos quedamos con la original, por supuesto.
NO WOMAN NO CRY (1974)
En un evidiable estado de frenética creatividad y ya como grandes estrellas internacionales, The Wailers publicaron nuevo disco en menos de un año, Natty Dread, en el que está ese clásico de la música popular de nuestro tiempo titulado No Woman No Cry. Una canción que resume todo el espíritu de la obra de Marley, capaz de conectar la música caribeña con las radiofórmulas habituadas exclusivamente al pop y al rock.
REDEMPTION SONG (1981)
A pesar de que Bunny y Pete emprendieron carreras en solitario, el carisma de Bob Marley creció convertido en referente de la música y del pacifismo (sufrió un atentado en Jamaica en 1976) con canciones inmortales como War, Waiting in Vain, Exodus, Jammin', Is this Love? y tantas otras.
El 10 de junio de 1980 vio la luz el que terminaría siendo su último disco en vida, Uprising, un nuevo paso en su trayectoria con temas como la festiva Could you be loved, y que se cerraba con Redemption Song, una plegaria pacifista con aroma a country folk que quedó como reluciente y emotivo epílogo de una vida marcada por la música y el pacifismo. Porque con su muerte el 11 de mayo de 1981, el mundo volvió a ser un lugar peor. Maldito cáncer.