MADRID, 16 Ene. (CulturaOcio - David Gallardo) -
Ahora que ya ha relativamente pasado el inevitable tormentón originado por la muerte de David Bowie en la noche del pasado domingo 10 de enero, igual es buen momento para repensar algunas cuestiones relacionadas con el influyente y ya casi mitológico músico inglés.
Porque mucho se ha escrito en estos días de conmoción global por la pérdida de uno de los artistas fundamentales de los últimos cincuenta años, ensalzando sus cualidades creativas y su talento tanto con la música y el cine en particular como con el arte en general.
De hecho, en absoluto han sido pocos los que han reflexionado sobre el legado no ya creativo, sino social y humano que nos deja David Bowie. Precisamente es en ese aspecto donde incidimos en este momento, para repasar algunas cosas que bien podríamos todos aprender de él.
Y es que aunque no quisiera en realidad enseñarnos nada ni mucho menos darnos lecciones, la forma en la que manejó su vida, desde sus inicios musicales a mitad de los sesenta hasta su abrumadora despedida con el disco Blackstar y el videoclip de Lazarus, es un ejemplo en muchos aspectos que ahora repasamos.
HAY QUE SER UNO MISMO
En un tiempo en el que la uniformidad parece la pauta dominante, David Bowie demuestra la valía de ser uno mismo. Su imagen, principalmente durante los setenta, era absolutamente impactante, casi terrorífica para algunos, pero igualmente magnética. No querer ser como los demás fue lo que le hizo icónicamente gigante.
INDEPENDENCIA Y PERSONALIDAD
David Bowie encarna también, por tanto, el valor de la diferencia y el triunfo absoluto de la propia personalidad. No importa lo nadie espere de ti, la cuestión es que seas independiente y auténtico, honesto contigo mismo. Por ejemplo, en los noventa, en su época de menor popularidad, se negaba a tocar sus clásicos en directo. ¿Por capricho? Acordemos que eso es un mal capricho. Eso es otra cosa, eso es coherencia con lo que uno siente en su soliloquio interior.
NO TE AFERRES AL PASADO, BESA AL FUTURO
Porque hay que mirar siempre al futuro, intentando disfrutar lo más posible del presente. Aferrarse al pasado tiene su punto nostálgico y necesario, pero en realidad es un lastre para el crecimiento personal. Por muy glorioso que fuera eso que pasó o que hiciste tiempo atrás, no es ya más que un recuerdo que te atora involuntariamente. Besa al futuro.
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EVOLUCIONA CON NATURALIDAD
Lógicamente, el Bowie de 1969 no puede jamás ser el mismo que el que se fue en 2016. Las personas evolucionan y deben hacerlo con naturalidad, sin perder esa mencionada curiosidad ni las ganas de comprender el mundo de manera distinta. Una frivolidad en este punto: recordemos la treintena de cortes de pelo que David lució a lo largo de los años. Y tu siempre pidiéndole lo mismo a tu peluquero del barrio.
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EXPRIME TU TALENTO
Con una curiosidad prácticamente salvaje, David Bowie no se limitó al mundo de la música. Así, se abrió al cine, a la literatura, a la moda, a la pintura (una de sus grandes pasiones). No te acomodes, no te conformes, busca y encuentra. Vacíate en todo lo que hagas y no te quedes con las ganas porque eso no te lo perdonarás jamás.
MANTENTE CREATIVO
La creatividad es alimento para el alma y en ella reside cierto regusto a inmortalidad. Puedes tener, claro, tus momentos más geniales y otros más perezosos, pero no te acomodes, por favor. En esto no hay edad de jubilación, pues como seres humanos siempre tenemos algo que expresar y que compartir con nuestros semejantes (los cuales, de hecho, están deseando recibirlo).
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CUIDA A TUS VERDADEROS AMIGOS
Alguien como David Bowie, sin duda es asediado por todo tipo de personas que quieren acceder a su círculo de confianza. Por eso hay que saber distinguir y apreciar a los verdaderos amigos, entre los que, en su caso, estaban productores y músicos como Brian Eno y Tony Visconti. Amistades que aguantan décadas y largas distancias de separación porque son cuidadas con genuino cariño recíproco.
VALORA TU INTIMIDAD, EVITA EL POSTUREO
En estos tiempos de redes sociales en los que nos enteramos de demasiados detalles de la vida de los demás, David Bowie ha dado toda una lección de elegancia llevando su enfermedad en privado, evitando así la creación de un circo en torno a algo tan importante para él como su propia vida. Sin postureos, sin dramas en la plaza pública.
NUNCA TE RINDAS, APROVECHA LA VIDA
Conocedor de su fatal enfermedad, David Bowie encontró en la creatividad la vía para sentirse vivo. Así escribió su último disco, Blackstar, publicado el 8 de enero, coincidiendo con su 69 cumpleaños y dos días antes de su muerte. También escribió el musical 'Lazarus', actualmente en Broadway tras su estreno en diciembre. Él nunca quiso rendirse y aprovechó así su vida hasta el mismísimo minuto final. ¿Acaso no es esto inspirador?
LA MUERTE PUEDE SER UNA OBRA DE ARTE
Aún en vida, David Bowie nos puso los pelos de punta con el videoclip de Lazarus, en el que parecía anunciar su propia muerte e incluso su turbadora despedida. Esto se confirmó pocos días después y todo cobró un macabro a la par que casi mágico sentido. Como si todo estuviera perfectamente calculado para el glorioso final, en un último zarpazo devastador en su forma de obra de arte desesperadamente perpetrada.
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