MADRID, 14 (CulturaOcio - David Gallardo) -
Hace ya tres años que Enrique Bunbury (Zaragoza, 1967) publicó su noveno álbum de estudio, Expectativas, que fue número 1 en España en su primera semana a la venta. Un logro más en su cuenta, con el que el 'aragonés errante' reconfirmaba su musculosa vigencia veinte años después de debutar como solista y abrir nueva etapa tras el fin de Héroes del Silencio.
Pues bien, mientras esperamos su regreso discográfico, que finalmente llegará el 29 de mayo tras ser pospuesto su décimo álbum por el coronavirus, proponemos un juego consistente en ordenar los nueve discos de estudio de Bunbury en solitario de peor a mejor. Partiendo de la premisa, eso sí, de que no hay ninguno malo. Y ahí reside la complejidad de la cuestión.
Porque hay artistas con obras excelsas y luego otras que claramente no están a la altura. Pero ese no es el caso de Bunbury, quien no cesa de reinventarse, de experimentar y de mirar hacia el futuro. Y justo por eso mantiene el listón siempre a una altura tan considerable como inalcanzable para la mayoría.
Partiendo de esta premisa de evidente complejidad, admitiendo que estamos ante un debate claramente abierto y recordando que la gracia de esto está en el juego, vamos allá con nuestra ordenada lista (dejando fuera directos y colaboraciones varias como Bushido o 'El tiempo de las cerezas' con Nacho Vegas).
LICENCIADO CANTINAS (2011)
La querencia de Enrique Bunbury por el cancionero latinoamericano le llevó a grabar todo un disco de estudio con versiones de autores como Agustín Lara, Louie Ortega, Casas Padilla o Atahualpa Yupanqui. Todas ellas convenientemente pasadas por su personalísimo tamiz, para amoldarlas a su propio cancionero sin chirriar en exceso.
Sin embargo, no deja de tratarse de versiones, por lo que se echa en falta el sello como creador del aragonés, forjado a lo largo de los lustros hasta ser absolutamente reconocible y, en última instancia, uno de los grandes motivos de su éxito. Por eso 'Licenciado cantinas', su séptimo disco, aún manteniendo el notable bajo, abre esta humilde lista.
HELLVILLE DELUXE (2008)
El quinto disco de Bunbury fue especialmente bien recibido por los viejos fans de la etapa con Héroes del Silencio y que se habían descolgado con sus primeros trabajos como solista. ¿Por qué? Pues porque hay guitarras y rock directo de la vieja escuela en 'El hombre delgado que no flaqueará jamás', 'Bujías para el dolor' o 'Hay muy poca gente'.
Canciones sobresalientes todas ellas a las que sumar 'Porque las cosas cambian', 'El porqué de tus silencios', 'Doscientos huesos y un collar de calaveras' y esa influencia de Tom Waits en 'Todos lo haremos mejor en el futuro' o el lounge jazz de 'Irremediablemente cotidiano. Notable colección de canciones como resultado final.
PALOSANTO (2013)
Vuelta al rock en el octavo álbum después de transitar los caminos sombríos de 'Las consecuencias' y de zambullirse en el cancionero latinoamericano con las versiones de 'Licenciado cantinas'. Pero un rock con visión de futuro y en el que la electrónica tiene un importante hueco a la hora de vestir las canciones.
El tono apocalíptico de las letras da un aire relativamente conceptual al disco en pasajes como 'Despierta', 'Destrucción masiva' o 'Habrá una guerra en las calles'. Más allá de eso, composiciones especialmente inspiradas como 'Más alto que nosotros solo el cielo', 'El cambio y la celebración' o 'Hijo de Cortés'.
RADICAL SONORA (1997)
El título lo dice todo. Un cambio total respecto al rock mastodóntico de Héroes del Silencio. Abrazando la electrónica imperante en la época y con letras muy personales de autoafirmación. Empezaba una etapa nueva, había que trazar una línea clara y reciclarse. Incluso cortándose literalmente la melena.
Totalmente opuesto al arquetipo de la estrella del rock, las canciones son en realidad más sencillas de lo que parecen, aunque los ropajes las llevan a lugares más que inesperados. 'Salomé', 'Big Bang', 'Servidor de nadie', 'Contracorriente'... y el clasicismo de 'Alicia expulsada al país de las maravillas' para contrarrestar los vientos de cambio.
LAS CONSECUENCIAS (2010)
Intimista y oscuro sexto disco, primordialmente acústico, con gran presencia de las cuerdas y acompañamiento de piano. Enésimo giro de un creador en permanente estado de búsqueda, que abandonó la electricidad y la electrónica para entregar canciones tan redondas como 'Las consecuencias (asustar un poco)'.
El tono general es de cierta languidez y melancolía en composiciones como 'Ella me dijo que no', 'El boxeador', '21 de octubre' o 'Es hora de hablar'. Con concesiones al gran rock de 'Los habitantes' y a la épica emocionante que encontramos en 'De todo el mundo'. La guinda la pone la versión de 'Frente a frente' de Jeanette.
EXPECTATIVAS (2017)
El más reciente álbum de Bunbury, el noveno, fue reconocido de manera relativamente unánime (el consenso total no existe, pues nunca se convence del todo a nadie de nada) como uno de los más inspirados de su ya extensa discografía. Porque mira hacia el futuro desde el presente y porque tiene identidad.
Y porque tiene canciones como 'Cuna de Caín', 'La actitud correcta', 'Parecemos tontos', 'La ceremonia de la confusión' o 'Supongo', que ya suenan a clásicas antes incluso de que las hayamos escuchado en directo. Eso hace imaginar que aún les queda un largo camino de crecimiento y que terminarán asentándose en su repertorio con solvencia.
EL VIAJE A NINGUNA PARTE (2004)
Sin duda poseído por un irrefrenable furor creativo, Bunbury entregó en 2004 su cuarto disco en siete años (dejando además por el camino infinidad de caras-b y colaboraciones). Y no fue un disco sencillo, sino doble con una veintena de canciones, lo cual ya da una idea de su variedad y ambición estilística.
'Que tengas suertecita' es totalmente latina, pero 'Los restos del naufragio' es un rock de manual. 'El rescate' es probablemente su mejor canción, con certera emotividad lírica y creciente en lo sonoro. Cada cual tendrá sus favoritas, pero destacan 'Que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha' o 'La chica triste que te hacía reir'. Y tantas otras.
PEQUEÑO (1999)
Por si la sorpresa inicial con el giro electrónico de 'Radical Sonora' no hubiera sido suficiente, para su segunda entrega Bunbury volvió a virar el volante para adentrarse en sendas nunca anteriormente transitadas. Más minimalista, con influencias mediterráneas, latinas y balcánicas, con el tiempo ha encontrado un lugar destacado en su catálogo.
Ahí están los ritmos trotones de 'El extranjero', el acercamiento a la ranchera de 'Infinito', la cabaretera 'De mayor', la balada de creciente épica 'El viento a favor', la sinuosa y arábiga 'Solo si me perdonas' y tantas otras. Una propuesta totalmente novedosa que desafió sin temor al público, no siempre preparado para semejante acometida.
FLAMINGOS (2002)
Bunbury rompió todo con sus dos primeros discos en solitario, ambos incluso bien diferentes entre sí, pero necesarios para la reinvención. Con el tercero llegó la reválida al acertar de pleno con la fusión de todo lo aprendido durante el camino, bien repleto de baches y curvas.
Con un renovado sonido rock en el que no faltan influencias electrónicas y mediterráneas, 'Flamingos' (2002) refleja un momento de especialmente dulce inspiración en temas como 'El club de los imposibles', 'Si', 'Sácame de aquí', 'Enganchado a ti' y 'Lady Blue'. Todos ellos muy queridos por los fans y aún habituales de su repertorio. Sobresaliente.