Mecano
Mecano - GETTY - Archivo
Actualizado: sábado, 9 mayo 2020 18:36

MADRID, 9 May. (CulturaOcio - David Gallardo) -

- El mundo necesita la reunión de Héroes del Silencio

- El mundo necesita conciertos de cuatro horas de Bruce Springsteen

- El mundo necesita la electricidad de AC/DC

El éxito de una canción no es ser número 1, es sobrevivir a su(s) autor(es). De hecho, muchas de las grandes canciones que resultaron ser eternas, nunca lideraron esas dichosas listas de éxitos de quita y pon.

Lo que ocurre con Mecano es que durante una década de profuso desenfreno creativo conjugaron todo eso lanzando números 1 inapelables bien aderezados en sus discos con otras muchas canciones que igualmente se adhirieron la cultura popular.

El éxito de una canción nunca se tiene que medir en cifras, aunque ahora sea esa la gran excusa para que necesariamente atendamos a artistas que supuestamente acumulan miles de trillones de reproducciones de sus obras. Pero si los números 1 se llevan comprando toda la vida.

No hay otro éxito cuando alguien escribe una canción que verse sobrepasado por su creación hasta el punto en el que dé igual quien demonios la escribiera. Ni cuando, ni donde, ni por qué: La atemporalidad.

Esa atemporalidad que concretamente Mecano ha ido ganando al calendario con 'Otro año más' como necesaria banda sonora para cada nochevieja en el momento previo a las campanadas, las uvas y el champán.

Si siempre suena la misma canción ya es imposible distinguir de cual año intentamos acordarnos. Pero sabemos, por ejemplo y claramente, que esta melodía es de las que nunca faltan en ese momento de incomparable euforia colectiva.

Ese enfocar toda la ilusión de una nueva hoja del calendario hacia un momento concreto es lo que el mundo necesita: Un punto de inflexión aún por vislumbrar y determinar. Un momento fugaz en el que la negatividad se vea reducida al mínimo inevitable. Y que los españolitos hagamos por una vez algo a la vez.

Eso es lo que ocurre en Nochevieja y también lo que sucede cada noche en cada concierto de esos de cantar en plan karaoke colectivo y multitudinario sin que nadie necesite leer las dichosas letras de cada canción en la pantalla.

Porque la transversalidad generacional de Mecano puede que no llegue del todo hasta el tiempo presente, pero resulta complicado escapar de melodías como las de 'La fuerza del destino', 'Cruz de navajas', 'Me cuesta tanto olvidarte' o 'Hijo de la luna'.

Pero vamos a ver: hay grupos de gran éxito en la actualidad con repertorios que por mucho que estiren no pueden ni imaginar en competir con las cinco canciones que hasta ahora llevamos mencionadas. ¿Cómo era aquello? Ah sí, cuantitativo o cualitativo.

No solo no cuesta en absoluto, sino que sale solo imaginar, cuando podamos, grandes conciertos que serán reuniones entre nosotros, en los que el grupo y las canciones serán la excusa necesaria.

Treinta años después de su despedida, cada una de esas veladas correrían el peligro de relegar a la música al nivel accesorio, pues está claro que se avecinan fiestas solo recomendadas para grandes profesionales. Hell of a party, que dicen los anglos.

Porque habrá que escoger muy bien cual será el primer concierto de cada uno después de estos tiempos desconcertantes: lo recordaremos toda la vida. No puede ser cualquiera, no puede ser un 'venga ese mismo'. El primero al menos hay que elegirlo con solemnidad, a poder ser.

Y aunque sea muy ilusorio, en tiempos de necesaria creatividad para seguir adelente no está de más apostar a la mayor: a un regreso de Mecano para detener el tiempo con 'Maquillaje', 'Me colé en una fiesta', 'Mujer contra mujer', 'Ay qué pesado' o 'Barco a Venus'.

Si has olvidado a Mecano durante una larga temporada, resulta de lo más revelador regresar sin más y encontrar ahí títulos como 'Aire', 'Hawaii-Bombay', 'El 7 de septiembre', 'El fallo positivo', 'Héroes de la Antártida' o 'Laika'.

'Perdido en mi habitación' resultó ser profética con el confinamiento (como tantas otras, vale), pero lo que está claro es que mientras una pandemia no nos hace necesariamente mejores por mucho que se repita eso, lo que sí nos mejora es cantar todos juntos viejas canciones en un concierto con un único bis posible y que al día siguiente todos ansiamos: 'Hoy no me puedo levantar'.

Más noticias