MADRID, 7 May. (CulturaOcio) -
El músico danés Mads Langer hizo días atrás un concierto con entradas agotadas para 500 vehículos en una explanada a las afueras de Aarhus. Se convertía así en uno de los pioneros al adaptar el formato autocine a los conciertos ahora que la industria de la música en vivo está paralizada por el coronavirus.
"He hecho montones de conciertos, pero este era realmente un comienzo. No sabía qué esperar", ha resumido Langer al NME en un texto en el que explica las sensaciones que tuvo al tocar ante gente que no podía salir de sus coches, añadiendo: "Al final, la actuación no fue nada como esperaba".
Así, cuenta cómo mientras el espacio se iba llenando de coches, se sentía como un gran concierto al uso. Una gran diferencia, eso sí, es que ese recinto puede albergar de 30.000 a 40.000 personas en un recital normal, pero en esta ocasión la cosa se quedaba en 2.000 asistentes.
"Me di cuenta de que no estaba tocando para 2.000 personas, sino para cuatro personas muliplicadas por 500, en algo extremadamente íntimo", reflexiona el músico. "Realmente sentí que estaba tocando a los pequeños espacios de los coches", apostilla.
Para conseguir cierta interacción, se creó una videoconferencia por Zoom a la que pudo entrar cualquiera que estuviera en el concierto. Así, sus caras se proyectaron en una pantalla gigante en el escenario y la velada terminó llena de peticiones de canciones.
"Yo señalaba a un coche y decía 'hola tíos'. ¿Quiénes sois? ¿Desde dónde venís? ¿Cómo os ha afectado el virus? Los conciertos pueden ser íntimos, pero no así de íntimos. Terminó siendo una conversación con la gente. Esto es algo que nunca olvidaré", remarca.
Tal y como se ve en el vídeo que el propio Langer ha compartido, la gente bajó las ventanillas y terminó asomándose y aplaudiendo a través de ellas. Aparte, claro, de utilizar el claxon para hacer ruido, sin olvidarse de los clásicos silbidos. Incluso hubo quien meneaba el vehículo para expresar su satisfacción.
También puede verse en el vídeo cómo en un momento dado una chica le dice al músico que ha creado una coreografía específica para su canción 'Fact-fiction'. Como era de esperar, ella termina en el escenario bailando con permiso de todos los allí presentes y manteniendo la distancia de seguridad.
Y prosigue el artista con sus recuerdos: "Recibí comentarios realmente buenos, cálidos y felices de la audiencia. La gente simplemente anhela hacer algo más y olvidarse de sus preocupaciones por un segundo: salir e interactuar con otras personas. No estamos destinados a estar aislados en nuestros hogares. Hubo un gran ambiente y se ha convertido en algo mundial que entusiasma a la gente".
