ADAM LEVINE DE MAROON 5
NFL
Actualizado: lunes, 4 febrero 2019 11:03

MADRID, 4 Feb. (CulturaOcio - David Gallardo) -

Y finalmente Maroon 5 actuaron en el intermedio de la Super Bowl. Fue en la noche de este domingo, tras semanas de controversia y de negativas de Rihanna y Cardi B a participar en el evento como muestra de apoyo al jugador Colink Kaepernick, quien se convirtió meses atrás en un icono al mantenerse arrodillado durante el himno nacional en los partidos como protesta por la brutalidad policial contra los afroamericanos.

Los de Adam Levine sí que aceptaron la propuesta y han sido los encargados de amenizar el intermedio de la LIII Super Bowl -que ganaron los New England Patriots ante Los Angeles Rams- desde el Mercedes-Benz Stadium de Atlanta. Y la verdad es que sin obviamente poder decir que fuera un desastre, porque no lo fue, lo cierto es que puede considerarse fallida porque resultó bastante fría y sosa.

Unos Maroon 5 convenientemente abrigados para combatir las bajas temperaturas arrancaron su cuarto de hora tirando de la potencia de Harder to breath y Adam Levine enfundado en un abrigo. Luego This Love y el cantante se cuelga la guitarra para transmitir una pretendida fuerza rockera que evidentemente no tienen, pues son una banda de (muy buen) pop. Pero no rock.

Como caído del espacio aparece Travis Scott para aterrizar sobre el escenario en un meteorito para interpretar un poquito de Sicko Mode con Drake sonando pregrabado. Travis rapea entre llamaradas ante el griterío del público, siempre tan voluntarioso en este evento que siguen más de cien millones de personas por televisión. Para terminar, el rapero se tira de espaldas sobre el público en gesto efectivo para la galería.

El reciente hit del grupo Girl like you cuenta con acompañamiento de una marchin' band universitaria y un coro góspel. Bien a secas, nada impactante como en otras anteriores ediciones de la Super Bowl que sí pasaron a la historia. La de Maroon 5 no lo hará. Y eso que Adam Levine pone a prueba todo lo aprendido como coach de The Voice y mira fijamente a la cámara tratando de poner sentimiento en esta actuación que está más pensada para los televidentes que para los presentes.

Sobre un escenario con forma de M como el logo del grupo sigue la fiesta con She will be loved, mientras el vocalista se mete entre ese público que le grita a escasos centímetros de su cara mientras él sigue empeñado en conectar 'eye to eye' con los que están al otro lado de la cámara y que seguro que aúllan bastante menos que los figurantes pasados de vueltas de Atlanta.

La puesta en escena en este punto, con drones sosteniendo lámparas de papel luminosas con mensajes positivos escritos en ellos, es bonita pero no impactante, tal y como se espera siempre de la Super Bowl y cualquier espectáculo de masas que se precie. Aparece entre el gentío entonces Big Boi a bordo de un descapotable para hacer con el grupo The way you move de OutKast, en un momento que no aporta gran cosa.

La traca final debiera ser infalible con los mega éxitos Sugar y Moves like Jagger, durante los cuales Adam Levine se queda primero en tirantes, para luego quitarse la camiseta y mostrar su torso desnudo y tatuado al mundo. En 13 minutos ha pasado del abrigo del invierno a la piel del verano, en un gesto calculado en busca de algo de repercusión a toda costa.

La actuación acaba sin concretarse en nada memorable, con llamaradas y un momento rockero mientras los fuegos artificales salen fuera del flamante nuevo estadio de Atlanta, a rebosar con 70.000 personas. Se acaba la música y Maroon 5 se pueden ir sabiendo que han cumplido, pero también siendo conscientes de que no han hecho algo para recordar. Y eso, ante una audiencia tan millonaria y planetaria, convierte la suya en una actuación fallida.

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