MADRID, 16 Oct. (CulturaOcio) -
La Danza de los Dragones está a punto de estallar y de sumir todo Poniente en una devastadora avalancha de Fuego y Sangre. La batalla por la sucesión de Viserys desencadenará a la tan temida guerra civil en La Casa del Dragón que dará lugar a épicos duelos entre los más temibles y letales jinetes de dragones. Dos de ellos, Aemond y Daemond, con tan solo cruzar sus miradas ya han adelantando que su combate será épico.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
Pese a que con su último aliento, literalmente, el Rey Viserys I intente evitar que estalle la guerra en el seño de la familia Targaryen, la batalla parece inevitable. Y es que, tal y como se constata episodio tras episodio en La Casa del Dragón, la tensión entre el bando Rhaenyra (los Negros) y de Alicent (los verdes) solo va en aumento.
En el octavo episodio de la serie, toda la familia se encuentra en Desembarco del Rey cenando, a instancias del monarca, jutos. Viserys acaba de resolver el conflicto sobre quién debe gobernar Marcaderiva en favor del hijo de Rhaenyra, Lucerys Velaryon. Durante el banquete, el monarca consigue además que Alicent y su hija se dediquen amables palabras firmando lo que parece ser un armisticio antes incluso de que la guerra entre sus casas estalle.
Pero mientras la reina consorte y la princesa heredera brindan por la familia Targaryen y los vínculos que las unen... lamentablemente algunos de sus hijos no tienen tan buenas y pacíficas intenciones.
Especialmente incisivo se muestra Aemond, el segundo hijo de Alicent, que guarda mucho rencor a sus primos/sobrinos después de haber perdido un ojo en una trifulca con ellos en el pasado, justo la noche que montó por primera vez a su dragona, la colosal Vhagar.
Así, fiel a su belicosa naturaleza el Targaryen brinda con sorna por ellos: "A la salud de mis sobrinos, Jace, Luke y Joffrey. Todos apuestos y fuertes como un Strong". Una referencia al verdadero padre de los príncipes, que no fue Laenor Valeryon sino Harwin Strong, el amante durante años de Rhaenyra. Es entonces cuando el joven Jacaerys se lanza a por él.
El hijo de Rhaenyra no parece rival para Aemond, que lo tumba de un empujón justo antes de que los guardias y el resto de la familia los separen. Cuando el descendiente de Alicent vuelve a provocar y Jacaerys contraataca, Daemon hace acto de presencia en la trifulca. "¡Alto, alto!", le indica a su hijastro al que hace retroceder con un solo y firme gesto.
A continuación, se interpone entre ambos y mira desafiante a Aemond, que en un primer momento le aguanta el gesto pero acaba apartando, de forma bastante displicente, la mirada. Este es el primer choque de dos Targaryen, que hacen buena la fama más de su casa y que se saben de casi idéntica brutal naturaleza.
Esta pequeña interacción guarda mucho más de lo que parece, no solo el respeto, casi temor, que Daemon infunde aún en Aemond. Muchos Targaryen a lo largo de la historia de la familia se han caracterizado por un comportamiento feroz, violento y, sobre todo, loco. En el cruce de miradas, los dos personajes reconocen en el otro ese peligroso gen vinculado a su sangre. Una incendiaria rivalidad ha nacido.
De hecho, este duelo está anticipando algo que llegará en la Danza de los Dragones. Y es que, en una de las numerosas batallas que se librarán a lomos de dragones, Aemond y Daemon se volverán a ver cara a cara, esta vez sin tener que guardar las formas.
Los protagonistas del duelo serán sus dragones. En el caso de Aemond será Vhagar, la dragona más grande y preciada de los Siete Reinos que el príncipe consiguió reclamar en el anterior episodio de la serie en detrimento de las hijas de Daemon. Por su parte, el monstruo volador de este es su fiel Caraxes, el más sanguinario de todo Poniente. La pelea entre ambos llegará en futuras temporadas de La Casa del Dragón, pero este primer duelo que ha ganado Daemon ha sido el primer aviso.
