MADRID, 15 Sep. (CulturaOcio) -
El tercer episodio de El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder ha dejado ver el conflicto entre los hombres de Númenor y los elfos. Galadriel parece no fiarse de los númenóreanos, una enemistad de la que dio algunos detalles El Silmarillion de J. R. R. Tolkien.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
En la Primera Edad, la antigua raza de hombres llamada Edain luchó junto a los elfos y Valar contra el malvado Morgoth, el primer Señor Oscuro, en la Guerra de la Cólera. La guerra terminó con la derrota de Morgoth y los Valar regalaron a los Edain una isla entre Aman y la Tierra Media. Esta isla se convirtió posteriormente en Númenor y sus habitantes, en númenóreanos. Además de la tierra, los Valar regalaron a estos hombres otros atributos como tener una vida mucho más larga y gozar, por ejemplo, de mayor altura.
El primer rey de Númenor fue Elros, hermano de Elrond. Elros eligió vivir una vida humana mortal mientras que Elrond eligió seguir siendo un elfo inmortal. Durante mucho tiempo, debido a este vínculo fraternal entre elfos y los númenóreanos, ambas comunidades se llevaban muy bien. Pero todo se torció con la muerte de Elros, quien fallece cientos de años antes de Los Anillos de Poder.
Su muerte supuso la primera gran fisura en la hasta entonces buena y muy fluida relación entre Númeror y los elfos. A pesar de sus vidas increíblemente largas, los númenóreanos seguían siendo mortales y esto generó resentimiento hacia los elfos por gozar de la inmortalidad, así como por su permiso para vivir en las tierras imperecederas de Valinor.
ELENDIL E ISILDUR
Pero incluso pese a estas tensiones y envidias, el linaje real de Númenor siguió siendo amigo de los elfos durante muchos años más. Una rama de la familia real se convirtió en los Señores de Andúni, también conocidos como Los Fieles o los dúnedain, a los que pertenecen dos personajes clave en la mitología de El Señor de los Anillos: Elendil y su hijo Isildur.
TAR-PALANTIR, EL REY CONCILIADOR
Pero poco a poco, después de un tiempo, el linaje real de Númenor comenzó a volverse contra los elfos. Perseguían a los Fieles, lo que les empujó a la clandestinidad. El rey Tar-Palantir, el anterior rey al que se hace referencia en Los Anillos de Poder, fue uno de los Fieles. De hecho, su padre, el rey Ar-Gimilzr, se opuso a los Valar y los elfos, por lo que Tar-Palantir heredó una mala relación con ellos pero estaba verdaderamente decidido a intentar restaurar las relaciones con los seres inmortales.
Así, en un empeño personal que le granjeó no pocos enemigos entre destacados miembros de la corte, e incluso de su propia familia, el rey volvió a cuidar el Árbol Blanco y siguió las antiguas prácticas en honor a Eru Ilúvatar. Pero a pesar de su empeño, los Valar no respondieron a este gesto restableciendo relaciones o con gestos de concordia, y tal vez no lo hicieron porque eran muy conscientes de que aún muchos en Númenor los despreciaban.
Y parece ser que la tensión sigue en todo lo alto, a juzgar por cómo es la reacción de Miriel, la reina regente de Númenor, ante la llegada de Galadriel. La actitud de ambas mujeres, notables dirigentes de sus pueblos, evidencia que las heridas abiertas entre elfos y hombres están muy lejos de cerrarse.
De hecho, los elfos consideran que los númenóreanos le deben a los elfos sus grandes regalos y su grandioso reino y creen, además, que los hombres de Númenor han abandonado sus responsabilidades con los pueblos de la Tierra Media, centrándose solo en preservar y aumentar su propio poder y gloria.
En este punto hay que recordar que pese a ser retratados como seres virtuosos, poseedores de gran sabiduría y poder, los elfos tampoco cuentan con el favor de los enanos. En el episodio 2 se puede ver esta enemistad por parte de los enanos de Khazad-dm, mientras que el rey Durin III deja claro que quiere mantener su mithril, el precioso y casi indestructible metal de sus minas, alejado de los elfos a toda costa.