Por David Gallardo
La muerte, siempre acechante, se lleva cada año con ensordecedora fanfarria a un buen puñado de rostros conocidos del universo cultural audiovisual, quienes dejan, eso sí, un importante legado a través del cual mantenerse vivos para siempre en los que por ahora nos quedamos habitando este mundo cruel.
2013 no ha sido una excepción en lo que a esta inapelable 'tradición' se refiere, un año en el que hemos perdido a nombres tan legendarios como el músico Lou Reed o el actor James Gandolfini.
Son tal vez los dos decesos que más conmoción provocaron en el ámbito de la cultura, aunque lamentablemente no fueron los únicos, tal y como constatamos en el siguiente repaso.
El rockero neoyorkino Lou Reed falleció a los 71 años el 27 de octubre, cinco meses después de haberse sometido a un trasplante de hígado. Autor de himnos imperecederos tanto con la Velvet Underground como en solitario, su voz es su mejor legado en 'Heroin', 'Sweet Love', 'Satellite of Love' o 'Perfect Day'.
JAMES GANDOLFINI
Inolvidable jefe mafioso en la serie que redefinió los parámetros de la ficción televisiva: 'Los Soprano'. La muerte sorprendió al aparentemente indestructible Tony Soprano a los 51 años durante unas apacibles vacaciones en Roma en pleno mes de junio. Un fulminante infarto nos privó de seguir disfrutando con sus portentosas dotes interpretativas.
PAUL WALKER
El reciente fallecimiento del rubio protagonista de la saga 'Fast & Furious' todavía sigue alimentando los contenidos de la prensa de todo el mundo. Y es que no hace ni un mes del luctuoso suceso, cuando el 1 de diciembre Walker sufría un accidente de coche, mientras participaba en un acto benéfico por Filipinas organizado por su fundación Reach Out Worldwide. Tenía tan solo 40 años.
BEBO VALDÉS
El músico cubano falleció el 22 de marzo en Suecia a los 94 años de edad. Aunque residía desde hacía tiempo en Málaga, Bebo se había trasladado recientemente al país escandinavo junto a algunos de sus hijos, debido a un empeoramiento de su salud, pues además de su avanzada edad, el pianista padecía alzheimer. Para las siguientes generaciones quedan canciones tan emocionantes como 'Lágrimas Negras', interpretada con Diego El Cigala.
CORY MONTEITH
El prometedor actor de 'Glee' fue encontrado muerto el 13 de julio en la habitación de su hotel en Vancouver (Canadá). Tras el desconcierto inicial lógico por tan sorpresiva tragedia, la policía determinó que Cory, de 31 años de edad, había fallecido por una sobredosis de alcohol y heroína.
RAY MANZAREK
El icónico teclista de The Doors nos dejó para siempre a los 74 años el pasado 20 de mayo, después de una larga batalla contra el cáncer. Suyos son algunos de los fraseos de teclado más populares del siglo XX, como por ejemplo este 'Light My Fire' una y mil veces escuchado pero siempre vigoroso.
DENNIS FARINA
Fue y siempre será uno de los actores secundarios más populares de Hollywood, aunque también será recordado por su extensa trayectoria televisiva, con cimas de popularidad gracias a series como 'Ley y Orden'. Lamentablemente le perdimos el 22 de julio a los 69 años en Scottsdale (Arizona, Estados Unidos) a causa de una embolia pulmonar.
J.J. CALE
El músico estadounidense falleció el 27 de julio en California a los 74 años a causa de un ataque al corazón. Reputado compositor y guitarrista, escribió dos grandes éxitos para Eric Clapton ('After Midnight' y 'Cocaine'), y también para Lynyrd Skynyrd ('I Got the Same Old Blues' y 'Call Me The Breeze'). Con 'The Road to Escondido', en colaboración con Clapton, logró en 2008 el Grammy al Mejor Álbum Contemporáneo de Blues.
JEFF HANNEMAN
El guitarrista de Slayer murió de cirrosis a los 49 años el pasado 2 de mayo. Arrastraba problemas de salud desde 2011, cuando contrajo fascitis necrotizante. Desde entonces se mantuvo alejado de la banda, pero los fans nunca le olvidaron.
PETER O'TOOLE
Hace apenas un par de semanas (el 15 de diciembre, concretamente) que nos dejó a los 81 años el intérprete Peter O'Toole, célebre por su papel como Lawrence de Arabia. Uno de esos rostros inolvidables del celuloide que pasarán de generación en generación hasta el fin de los tiempos.