MADRID, 2 Feb. (CulturaOcio) - Altered Carbon ha aterrizado este viernes 2 de febrero en Netflix con la vitola de ser una de las grandes apuestas de la plataforma de streaming para la primera mitad de año. Una aventura futurista de corte cyberpunk que, inevitablemente, recuerda en su temática y estética a títulos como Blade Runner o Ghost in the shell y, también inevitablemente, algunos capítulos de Black Mirror. Pero la nueva serie de Netflix está basada en una novela con voz propia que busca ahora su hueco en el ya muy saturado panorama de la ciencia ficción. Carbono alterado es el título en castellano del libro con el que Richard K. Morgan sorprendió a los lectores de la ciencia ficción en 2002, año de su publicación. En su salto a la pantalla, Netflix ha echado la casa por la ventana a la hora de recrear esa estética futurista y atmósfera decididamente noir, así como las frenéticas escenas de acción, algunas extremadamente violentas, que salpican la densa trama criminal y, sobre todo, su interesante mundo distópico. Y es que Altered Carbon lleva a los espectadores medio milenio adelante en el tiempo para seguir los pasos de un ex convicto llamado Takeshi Kovacs. el personaje encarnado por el protagonista Joel Kinnaman (Robocop, House of Cards). Un peligroso soldado excarcelado con un único propósito: averiguar quién fue el responsable del atentado contra el poderoso Laurens Bancroft. Lo que hace particular la historia de Kovacs es que esa cárcel, Alcatraz para más señas, es en realidad una instalación que acumula millones de servidores donde la conciencia de Kovacs, junto con la de otros convictos, permanecía almacenada durante cientos de años. Y ojo, porque el hombre que lo contrata no es otro que Bancroft, el mismo que fue asesinado. En este futuro ambientado en el siglo XXV la gente ya no muere, sino que sus mentes son transferidas de un cuerpo a otro. Sus conciencias se almacenan en un dispositivo digital, una pila cortical, que se ubica en la base del cuello. Es allí donde realmente viven las personas, que pueden volver a la vida en un cuerpo diferente -conocidos como fundas- cuantas veces se desee.... siempre que se disponga del dinero necesario. Esas son las reglas. Kovacs es un criminal que llevaba almacenado muchísimos años, hasta que Laurens Bancroft decide echar mano de sus habilidades únicas para descubrir quién fue el autor de su propio asesinato. O, más bien, quién fue el que mató a su funda anterior. La policía piensa que Bancroft, la persona más rica de la Tierra, simplemente se suicidó... pero el millonario descarta esa opción y confía en el instinto de Kovacs, intacto a pesar del paso de los años, para buscar culpables. En total son 10 episodios los que componen la primera temporada de Altered Carbon, durante la que los espectadores tendrán que aprender a navegar a través de una lujosa, oscura y densa distopía, plagada de sexo, violencia y múltiples referencias que van desde el maestro Asimov hasta Edgar Allan Poe y en la que nadie puede -ni tan siquiera quiere- confiar en nadie. Una ambiciosa producción con decidido espíritu noir que abarca varias vidas, e incluso siglos, mientras va lanzando 'imputs', algunos nada sutiles, que invitan a la reflexión sobre conceptos como la muerte, la religión, el poder, las extremas desigualdades sociales, la moral o la redención. Y no todo acaba en Carbon Alterado, ya que la trilogía de Kovacs se completa con otros dos libros, Broken Angels y Woken Furies, que revelan mucho más sobre su complejo universo y, también, sobre el pasado de Kovacs. Un futuro con mucho recorrido... veremos si con necesidad de cambiar de fundas.