MADRID, 27 Dic. (CulturaOcio) -
Netflix ha estrenado The Witcher: El origen de la sangre, una precuela de su exitosa serie de fantasía y ciencia ficción aún protagonizada por Henry Cavill. El nuevo proyecto se ambienta más de mil años atrás en el tiempo pero, como no podía ser de otra forma, conecta con numerosos aspectos de la ficción matriz de la franquicia. Y una de ellas hace referencia a Ciri, el personaje que interpreta Freya Allan, y el concepto de la Vieja Sangre.
Concretamente, The Witcher: El origen de la sangre explora la época en la que se produjo el cataclismo conocido como Conjunción de las Esferas. Por aquel entonces, los elfos dominaban el Continente, demostrando su naturaleza conquistadora y poderosa.
Durante la Conjunción de las Esferas, varias dimensiones se entrelazaron durante unos instantes. Esto provocó que varias criaturas y monstruos diferentes acabasen en el Continente. Entre otras cosas, debido a estas "plagas" surgirían los brujos como Geralt de Rivia para defender su mundo de ellas.
Pero otro gran hecho destacable de la Conjunción de las Esferas es que fue en ese instante cuando los humanos llegaron también al Continente. Su mundo había sido destruido y buscaban un nuevo hogar. Y es precisamente ahí donde The Witcher: El origen de la sangre indaga en los antepasados de Ciri y en la razón de sus grandes poderes.
La raza humana, al igual que los elfos, también contaba con un carácter colonizador. Así, poco a poco fueron sobreponiéndose al resto de habitantes del Continente hasta convertirse en los dominantes. Los elfos, por su parte, comenzaron a hacer experimentos genéticos con el objetivo de diseñar un arma tan poderosa que los defendiera de los invasores.
Este arma acabó materializándose en Lara Dorren, la legendaria hechicera élfica. En sus genes iba la vieja sangre, y su destino debía ser casarse con otro hechicero elfo para que su descendencia fuera invencible. Sin embargo, ella se casó con un mago humano, Cregennan de Lod.
En cualquier caso, la vieja sangre sigue circulando por las venas de todos sus descendientes. Algo que lleva hasta la última de ellas, Ciri, el personaje que interpreta Freya Allan en The Witcher que pertenece al linaje de Lara Dorren.
El poder que tiene la joven es de un valor incalculable y, además, el resultado del conflicto entre humanos y elfos tras la Conjunción de las Esferas. The Witcher: El origen de la sangre ayuda así a comprender la naturaleza de uno de los personajes clave de la serie principal ya que Ciri es la última descendiente de Lara, la última portadora de la Vieja Sangre, un arma fruto del conflicto entre humanos y elfos.
El destino de Lara debía ser casarse con otro hechicero elfo para que su descendencia fuera invencible. Sin embargo, ella se casó con un mago humano, Cregennan de Lod. Esto fue considerado como traición por ambas razas, pero su línea de descendencia se mantuvo a salvo. En la tercera temporada de The Witcher se espera que Ciri demuestre más acerca de sus sorprendentes capacidades.
