MADRID, 22 Ago. (CulturaOcio) -
Fiel a la letal reputación que se forjó Juego de tronos, el estreno de La Casa del Dragón trajo consigo la primera gran muerte. La serie, ambientada unos 200 años antes de los hechos relatados en la ficción original, dejo en su primer episodio buenas dosis de violencia y sangre que se cobraron varias bajas... y una de ellas será clave para su trama.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
Este pasaje clave tiene lugar ya sobrepasada la mitad del capítulo, titulado Los herederos del Dragón, cuando la reina Aemma Arryn se pone de parto mientras el rey Viserys Targaryen celebra un torneo en honor a su nuevo hijo, que espera sea el primer varón y, por tanto, heredero al Trono de Hierro.
Pero mientras todo es algarabía (y violencia) en las justas, las cosas se tuercen en palacio y el parto se complica. El niño viene de nalgas y tanto su vida como la de madre corren serio peligro. Atendiendo a los consejos de los maestres, el rey debe tomar una difícil decisión: salvar al pequeño... o salvar a su esposa. Así, apesadumbrado pero sin dudarlo mucho, Viserys ordena que su esposa, que le suplica que no lo haga, sea abierta en canal para sacar al que espera sea su heredero.
Una brutal intervención que provoca que el personaje encarnado por Sian Brooke muera desangrada en la cama. Un sacrificio forzoso que no sirvió de nada, ya que el niño, efectivamente un varón que llevó por nombre Baelon, murió pocas horas después.
"Posiblemente, como todos los actores, sí que piensas: 'Oh, venga, ¿no puedo aguantar viva un poco más en la serie?'", reconoce la actriz en una entrevista concedida a Variety en la que también revela que para interpretar a la reina embarazada, Brooke tuvo que usar dos vientres protésicos diferentes, uno para la escena del baño y el otro para la espantosa y sangrienta escena del parto.
"Se ajustan por encima de la cintura en la parte superior de la caja torácica. Eran increíblemente realistas, tanto que me encontré caminando igual que si fuera un pato", señaló la actriz que aseguró que estas prótesis eran "muy pesadas" y aparatosas. "Pero estando embarazada te sientes bastante pesada", apostilla.
En cuanto a la sangrienta escena de la cesárea, en la que el rey ordena a los maestres que abran el estómago de Aemma, sin anestesia, para sacar al bebé, la actriz recuerda que "fue un baño de sangre". "Detrás de ese vientre había una bolsa entera llena de sangre y líquido. Cuando se hiciera la incisión, tendrían que sincronizarlo con el bombeo de esta sangre fuera del vientre", dice la actriz que recuerda la sangre estaba "fría y húmeda, se filtraba por todas partes". Es más, Brooke asegura que cuando terminaron de filmar la espantosa secuencia el set "parecía el de una película de terror".
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La escena del fatal parto se filmó durante un día y medio, y tras el rodaje, la actriz dice que se quedó casi sin voz después de tanto gritar. "Definitivamente estaba bastante ronca. No pude hablar con mis hijos durante las siguientes 48 horas, pero eso fue probablemente bueno para ellos", dice con ironía la actriz que apunta a que "afortunadamente" la medicina ha mejorado mucho y los tiempos han cambiado desde la barbarie de La Casa del Dragón, la escena del parto adquiere un nuevo significado a la luz de la reversión de la legislación sobre el aborto en Estados Unidos.
"Cuando rodamos, obviamente eso no se me pasó por la cabeza... porque no había sucedido. Ahora, te das cuenta de lo impactante que es y que se pueden hacer comparaciones entre el presente y hace miles de años, en relación a los derechos de las mujeres a elegir lo que le sucede a su cuerpo. Creo que solo el hecho de que estemos hablando de eso es importante en sí mismo. Es muy conmovedor lo que puede suceder en tan solo un año y todo lo que podemos retroceder", reflexiona.