MADRID, 3 Sep. (CulturaOcio) -
En todas las guerras, lamentablemente, siempre hay que lamentar pérdidas. Y la "guerra total" que había prometido el arranque de la quinta temporada de La Casa de Papel no iba a ser la excepción. El quinto capítulo de la serie ha golpeado a los seguidores con una muerte tan épica como trágica, un momento que ha contado con un acompañamiento musical que no ha pasado desapercibido... y que no parece haber sido elegido al azar.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
Tras el emotivo adiós a Nairobi en la temporada anterior, la primera parte de la última temporada de la ficción de Netflix concluyó con la muerte de Tokio. El personaje encarnado por Úrsula Corberó se sacrificó, inmolándose haciendo explotar cuatro granadas pegadas a su pecho, para acabar con Gandía y parte del comando militar que estaba a punto de ganarles la partida dentro del Banco de España.
Así, acorralada en las cocinas del edificio, Tokio decide cubrir la huída de dos de sus compañeros, Denver y Manila, y ser ella quien frene a los militares. Tras despedirse de su amado Río a través de un agujero en el suelo, sabedora de que se acerca su final busca un recuerdo bonito, tal como le dijo a Nairobi en el flashback del cuarto capítulo, un lugar en el que fue feliz para quedarse allí para siempre.
"¿Sabes de qué me estoy acordando? De la primera noche en Toledo cuando bailamos juntos", le confiesa mientras comienza sonar una canción en portugués.
"Río, no estés triste. Hoy acaba algo pero es el día de tu siguiente vida. Tienes que vivir muchas vidas mi amor, muchas... y ahora vete porque va a haber jarana", se despide Tokio que es acribillada por los militares. Pero, como buena alumna de El Profesor, la narradora de La Casa de Papel guardaba un as en la manga.
"No soy de llegar a viejecita en un penal, soy más bien de escapar. Y si no puede escapar mi cuerpo... al menos que escape mi alma", dice la voz de Úrsula Corberó mientras la cámara muestra el rostro ensangrentado pero sonriente de la atracadora que sujeta las anillas de varias granadas que lleva en el cuerpo y que detonan llevándose por delante a Gandía y los militares.
La música que acompaña al épico sacrificio de Tokio es una versión de 'Grndola, Vila Morena' , el himno de la Revolución de los Claveles de Portugal en 1974, reinterpretado por Cecilia Krull y Pablo Alborán. Tal y como sabrán los fans de la serie, la propia Krull es también interprete del tema de la cabecera de la serie, 'My Life is Going On'.
José Manuel Cerqueira Afonso dos Santos, conocido también como Zeca, es el cantautor portugués autor de este tema que compuso como homenaje a la Sociedad Musical Fraternidad Operaria Grandolense que fue clave en su carrera musical.
El tema formó parte del álbum 'Cantigas de Maio', lanzado a finales de 1971 y que años después sería adoptado como himno oficioso de la revolución militar del denominado Movimiento de las Fuerzas Armadas que en 1974 acabó con el régimen autoritario que gobernaba el país luso desde 1925 derrocando a Marcello Caetano, el último dictador del Estado Novo que sucedió en septiembre de 1968 a Antonio de Oliveira Salazar, poniendo punto final a la dictadura más duradera en la Europa del siglo XX.
Con esta nueva versión de esta histórica canción, la serie le da así a Tokio una suerte de su propio 'Bella Ciao', otra canción con gran historia y gran carga política -canción popular que se convirtió en himno de la resistencia contra fascismo de Musolini y su alianza con los nazis- que se ha convertido junto con los monos rojos y las máscaras de Dalí en uno de los grandes símbolos de la serie.