MADRID, 19 Sep. (CulturaOcio) -
El quinto episodio de La Casa del Dragón ha contado con uno de los tramos finales más movidos e impactantes de la serie hasta el momento. La boda de Rhaenyra Targaryen, legítima heredera del Trono de Hierro, y Laenor Valeryon, siguió la tradición de los enlaces en Poniente y, antes incluso de su celebración, fue más que accidentada. Pero además de sus correspondiente dosis de violencia, las celebraciones en Desembarco del Rey fueron el momento elegido por la reina consorte, Alicent Hightower, para escenificar su desencuentro con el rey y su heredera... y hacer una temible declaración de intenciones.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
Con el salón del trono de la Fortaleza Roja lleno a rebosar con lo más granado de Poniente, la reina Alicent, segunda esposa del Rey Viserys I, vio la ocasión perfecta para hacer ver su postura con respecto al futuro de los Siete Reinos.
Anteriormente dama de compañía y gran amiga de la princesa Rhaenyra, desde que, siguiendo las órdenes de su padre, Alicent se casó con el rey comenzó a alejarse de la princesa. Este alejamiento se acentúa cuando da a luz a Aegon, el primer hijo varon de Viserys y que, a tenor de las tradiciones machistas de Poniente, podría poner en peligro el puesto de Rhaenyra como legítima heredera.
Y aunque hasta el momento Viserys se ha mantenido inflexible su decisión de que sea Rhaenyra quien ostente el cargo a su muerte, todos son conscientes que hay muchos y muy poderosos personajes en los Siete Reinos que no aceptarán que una mujer ocupe el trono.
Evidentemente, el proclamar a Raheryna como heredera de la corona en detrimento de su hijo no le hace ninguna gracia a Alicent, que teme además que para aplacar una posible revuelta, la Targaryen elimine a su hermanastro: muerto el segundo en la línea sucesoria, su posición sería mucho más fuerte y cómoda, tal y cómo le hace ver su padre, Otto Hightower, antigua Mano del Rey.
Y durante la recepción a los invitados en Desembarco del Rey previa a la ceremonia matrimonial, la reina quiso enviarle un mensaje muy claro tanto al rey Viserys como a Rhaenyra... y a todo Poniente. Para empezar, en lugar de atender a la festividad de manera puntual como se exige a una persona de su cargo, la actual consorte hace acto de aparición en el banquete considerablemente tarde. Lo hace interrumpiendo el discurso que su marido Viserys le está dedicando a su hija, su prometido y al resto de sus súbditos.
Además, se asegura de que todos los asistentes a la boda presten total y absoluta atención a su entrada. Pero la clave, el verdadero y desafiante mensaje que lanza, está en el color de su regia indumentaria. Y es que Alicent opta por llevar puesto un elegante y llamativo vestido verde. Un detalle que, como bien sabrán los lectores de las novelas de George R.R. Martin no es menor.
Nada más irrumpir en el acto, los murmullos se disparan a la vez que las miradas indiscretas se posan en ella. ¿Cuál es el motivo? El color de su atuendo que, lejos de simbolizar algo positivo como la esperanza, en el marco de su casa guarda un significado mucho más profundo y violento de lo que podría intuirse.
SE ACERCA LA GUERRA
Entre los invitados al nuevo enlace real se encuentra Larys Strong, uno de los señores fieles a Viserys y los Targaryen. El cabeza de la Casa Strong da la pista definitiva al comentarle a su hermano lo siguiente: "El Faro de los Hightower. ¿Sabes de qué color es cuando Antigua convoca a sus banderizos a la guerra?". Efectivamente y sí, ese color no es otro que el verde.
Cabe señalar al respecto que Antigua es una de las ciudades más importantes de todo Poniente que es, como ya se ha dicho en la serie, el feudo principal de la Casa Hightower. Un linaje de rancio abolengo en Poniente cuyo lema, además, coincide con el título del quinto capítulo de la serie: 'Iluminamos el camino'.
El impresionante vestido que la reina Alicent lleva a la boda de Rhaenyra es, ante todo, una descarada declaración de guerra contra ella. La Hightower está lanzando un mensaje a todos sus leales seguidores para que se mantengan alerta a la espera de que estalle el inevitable conflicto por el Trono de Hierro entre su hijo, Aegon, y la actual heredera. Porque Alicent no aceptará nunca a la princesa como reina.
LOS VERDES Y LOS NEGROS
La elección del vestido anticipa lo que está por venir en los próximos capítulos de La Casa del Dragón. Con Viserys muy enfermo por la lepra que padece, es cuestión de tiempo que Poniente vuelva a cambiar de monarca y estalle entonces la Danza de los Dragones, la guerra civil en el seno de la familia Targaryen.
Un morífero conflicto en el que, dragón contra dragón, la familia valyria se dividirá y luchará a muerte por hacerse con el trono, sembrando el caos y la muerte sobre Poniente. Uno de los bandos llevará por nombre los Verdes, siendo estos los fieles a Alicent y su hijo Aegon. El nombre de la facción viene designado como homenaje al significado de este color para la casa Hightower y los vestidos de la reina. Frente a ellos se encontrarán los Negros, los partidarios de Rhaenyra.
Según consta en las novelas de Martin, tales denominaciones para las facciones se popularizarán en los Siete Reinos años antes del estallido de la guerra, a raíz de un torneo celebrado, precisamente, para conmemorar el quinto aniversario del matrimonio entre Viserys y Alicent. En aquella ocasón la reina volverá a lucir un vestido verde, mientras que Rhaenyra vestirá los colores de la Casa Targaryen, negro y rojo. Desde ese mismo instante, los partidarios de ambas adoptarán dichos colores, convirtiéndose definitivamente en enemigos cuando estalle el conflicto. Algo que todo apunta a que ocurrirá en los episodios finales de la primera temporada de La Casa del Dragón.