MADRID, 24 Oct. (CulturaOcio) -
El último episodio de la primera temporada de La Casa del Dragón ha terminado por asentar las bases de lo que era inevitable. La familia Targaryen, más dividida que nunca tras la muerte de Viserys, está en un punto de inflexión que dará lugar a la Danza de los Dragones, una guerra civil fratricida que sumirá Poniente en el caos y la destrucción. El desenlace de la temporada ha llegado cargado de tensión y con la duda sobre cómo actuaría Rhaenyra ante la coronación de su hermanastro Aegon. Pero también era muy importante la reacción de su mano derecha, su tío y esposo Daemon, uno de los Targaryen más viscerales y peligrosos.
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Cuando se entera por boca de Rhaenys de la situación en Desembarco del Rey, donde tras la muerte del monarca los Verdes liderados por Otto Hightower se han apresurado a coronar a Aegon, el hermano del fallecido rey Viserys está dispuesto a tomar las riendas de una guerra que, si por el fuera, no esperaría más en estallar.
Pese a las advertencias de la propia Rhaenyra, que se niega a dar una respuesta violenta hasta conocer bien quiénes son sus aliados y la reacción de sus oponentes, Daemon se muestra dispuesto a todo para recuperar el Trono de Hierro. Así, consciente de que las fuerzas de las que disponen son inferiores en número en cuanto a lo que a sus ejércitos se refiere, el príncipe sostiene vehementemente que una de las soluciones más eficaces es conseguir más dragones para su bando.
"Los verdes tienen tres adultos, según mis cuentas. Y nosotros a Syrax, Caraxes y Melerys. Vuestros hijos a Vermax, Arrax y Tyraxes. Y Baela a Bailarina Lunar", enumera Daemon que recuerda además que "quedan dragones por reclamar".
Los Verdes solo cuentan con tres jinetes, mientras que ellos ya tienen seis y pueden intentar montar algunos de los dragones sin jinete y también conseguir domar a alguno más de los dragones salvajes repartidos por Poniente. Con tal fin se dirige a un oscuro lugar para reclamar uno de ellos... ¿De cuál de todos se trata?
VERMITHOR, LA FURIA DE BRONCE
En la escena en cuestión, Daemon entra en una suerte de cueva o sala abandonada mientras tararea una canción en Alto Valyrio. De entre las sombras, un gigantesco dragón aparece escupiendo fuego y mirando de reojo al Targaryen. La canción parece surtir efecto para calmarlo, pero no es tarea sencilla puesto que es una de las criaturas más grandes y sanguinarias de los Siete Reinos. Se trata, nada menos, que del dragón Vermithor.
Tras su presencia en el tráiler, muchos fans habían teorizado sobre si se trataba de él o de algún otro de los dragones salvajes que habitan el territorio, como Caníbal. Pero el showrunner de La Casa del Dragón, Ryan Condal, confirmaba en Variety su identidad. "Es uno de los dragones no reclamados que vive en Montedragón: Vermithor, la Furia de Bronce. Es el dragón del Rey Jaehaerys, el rey que vimos al inicio del primer episodio, el rey que delega su sucesión a Viserys", explica el co-creador de la serie.
Vermithor es descrito en los libros de George R. R. Martin como un animal viejo (de casi un siglo cuando estalla la guerra) y tremendamente poderoso. Su gran tamaño y su potente llamarada hacen de él uno de los dragones más imponentes de la obra del escritor. Tan solo Vhagar es más grande que él cuando estalla la Danza de los Dragones. Dada su edad, casi cien años, no tiene las mismas habilidades que antaño, cuando era un dragón joven, pero sigue siendo un arma muy eficaz que Daemon no duda en reclamar.
Pese a que la serie no tiene problema en modificar algunos elementos del canon escrito por Martin, todo parece indicar que Vermithor jugará un importante papel en el bando de los Negros. Y es que, tras el angustioso final de La Casa del Dragón, la segunda temporada promete mucha más acción y violencia. La guerra ha comenzado y los dragones están listos para hacer valer sus llamaradas.
