MADRID, 1 Jul. (CulturaOcio) -
Desde su primera aparición, Daemon Targaryen se perfiló como uno de los personajes más carismáticos, magnéticos y también complejos de La Casa del Dragón. Ahora que la guerra se acerca, y que su relación con su sobrina, reina y esposa Rhaenyra no pasa por su mejor momento, ha viajado junto a su dragón hasta Harrenhal, el castillo más grande de los Siete Reinos... y también el más sombrío y oscuro sobre el que, cuentan, pesa una terrible maldición.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
En el anterior episodio, Daemon abandonaba Rocadragón a lomos de su temible Caraxes. Su implicación en la muerte del joven Jaehaerys Targaryen, perpetrado por los asesinos que contrató para vengar a Lucerys Velaryon, Sangre y Queso, supuso la ruptura definitiva de la confianza que su sobrina y esposa tenía depositada en él.
A pesar de las desavenencias entre la pareja, en teoría -y a pesar e su tremenda ambición personal- Daemon sigue siendo fiel al bando de los Negros y cuando toma Harrenhal lo hace en nombre de la reina. El rey consorte llega a la fortaleza con la sola compañía de su dragón, pero el castellano, Ser Simon Strong, se rinde sin oponer la menor resistencia.
Aunque es un enclave estratégico dada su ubicación y la fortaleza más colosal de los Siete Reinos, Harrenhal está prácticamente en ruinas, como enseguida puede comprobar Daemon. El lugar está en ese estado desde hace generaciones, desde que Aegon el Conquistador arrasara el castillo con su dragón, quemando vivos a Harren el Negro y sus hijos... Y precisamente debido a este episodio de la historia, sumado a la suerte que corrieron las posteriores casas que ocuparon el lugar, se considera que Harrenhal está maldito.
EL SUEÑO DE DAEMON
La primera noche de Daemon en la fortaleza, el príncipe puede comprobar por sí mismo la naturaleza oscura del lugar. Temiendo un ataque a traición mientras duerme, el Targaryen atranca la puerta de su habitación con una espada y por la noche ve una sombra que trata de abrirla insistentemente. Empuñando su propia espada, Daemon se dispone a enfrentar a quienquiera que se halle al otro lado, pero cuando sale al pasillo, lo encuentra vacío.
Daemon ve una cálida luz totalmente fuera de lugar y entra en una estancia en la que una joven Rhaenyra (encarnada de nuevo por Milly Alcock, que no aparecía desdes el quinto capítulo de la primera temporada) está tarareando una canción mientras, en una truculenta estampa, cose la cabeza de Jaehaerys. Esta imagen supone un impacto para el príncipe, además de las acusadoras palabras que le dirige la joven: "Siempre maquinando de acá para allá. Y me toca luego a mí deshacer sus entuertos".
Una visión que deja impactado y descolocado al siempre orgulloso Daemon, que tira su espada y se despierta frente a un arbol corazón de bosque de dioses que hay fuera de la fortaleza.
"Lo más importante de Rhaenyra en esta escena es que le conoce. Acaba de ser rechazado por la Rhaenyra mayor, a la que siente que ya no conoce. La Rhaenyra que realmente conoce es la Rhaenyra joven, de la que se enamoró y que le adoraba. Así que cuando entra en esa habitación y la joven Rhaenyra le mira y le juzga, eso es una espada que atraviesa su confianza. Ahí es donde radica su miedo, en que la única persona con la que ha bajado la guardia en realidad no crea en él y piense que es un monstruo", ha explicado la directora del episodio, Geeta Vasant Patel, en declaraciones a Mashable.
"Cuando Rhaenyra le dice ‘has matado a un niño’, es la primera vez que se da cuenta", observa Patel. "Muchas veces no cambiamos, a menos que alguien nos importe y nos haga cambiar. Y para mí, de eso iba esa escena", desvela.
LA MUERTE DE DAEMON
Tras ese encuentro, Daemon deja caer la espada y se encuentra de repente en el patio de Harrenhal, ante un arciano o árbol corazón. Allí, Alys Ríos (Gayle Rankin) le dice que morirá en ese lugar... una sentencia que muy probablemente se cumpla. Y es que en la novela, la joven es una vidente y en verdad Daemon se queda en la fortaleza esperando a Aemond, enloqueciendo poco a poco, marcando cada día con un sablazo en la corteza del árbol, sagrado para los norteños.
En Fuego y Sangre, Daemon y Caraxes acaban enfrentándose a Aemond y Vhagar. Los cuatro resultan mortalmente heridos en la refriega y caen a un lago colindante con Harrenhal, el Ojo de Dioses. Mientras que el cuerpo de Aemond aparece cerca de la Isla de los Rostros, ubicada en el centro del lago y donde se cree que se firmó el pacto entre los Hijos del Bosque y los Primeros Hombres, el de Daemon nunca se encuentra… Lo que deja abierta la posibilidad de que sobreviviera, un camino que bien podría tomar la serie de Max.
