MADRID, 10 Ago. (CulturaOcio) -
La Casa del Dragón, basada en la novela de George R.R. Martin Fuego y Sangre, está ambientada casi doscientos años antes de los eventos de Juego de Tronos. Tanto la serie como el libro narran la Danza de Dragones, la guerra civil en el seno de la casa Targaryen que supuso la casi completa desaparición de las poderosas criaturas aladas en Poniente... Y aunque estos siempre han sido el estandarte de los Targaryen, el último episodio de la segunda temporada de la ficción deja claro que la familia de cabellos plateado esconde un poder aún mayor en su linaje.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
"Los sueños no nos convirtieron en reyes. Los dragones sí", afirmaba Daemon Targaryen en la primera temporada de la serie... Una frase que no solo queda ya lejos, sino que además puede haberse demostrado erronea tras lo acontecido en la última entrega de la segunda temporada de la ficción, habiendo cambiado incluso la perspectiva de aquel que la pronunció.
Y es que uno de los eventos determinantes del final de la segunda temporada de La Casa del Dragón ha sido sin duda la visión que ha hecho que el consorte de Rhaenyra hinque al fin la rodilla ante su reina, desterrando cualquier atisbo de traición. Así, Daemon decidía mostrar su lealtad al comprender que es parte de algo mucho más grande que él, una historia, como le dice Helaena.
Y es que tanto Helaena como Daemon han visto el futuro, incluso aquel más lejano, que ya anuncia la llegada de los Caminantes Blancos y Daenerys Targaryen. Esta es pues, la demostración más evidente de clarividencia que ha ofrecido hasta el momento la ficción de Max.
De las extrañas habilidades de Helaena ya había constancia desde sus primeras apariciones, cuando siendo apenas una niña murmuraba frases aparentemente sin sentido que luego resultaban proféticas. Además, en la última temporada, la joven reina ya adelanta algunas de las desgracias de los Verdes, como el episodio de Sangre y Queso o el destino de Aegon y Fuegosol en la Batalla del Grajo, si bien lo hace en clave. Es en el octavo episodio cuando al fin Helaena habla claro y emite un augurio inequívoco, que Aemond morirá en el Ojo de Dioses, confirmando así más que de sobra su poder clarividente.
OTROS SUEÑOS DE LOS TARGARYEN
Daemon y Helaena no son los únicos Targaryen que han vislumbrado el futuro y es que este don parece correr en la sangre de su linaje. Cuando la familia de la casa del dragón todavía habitaba Valyria, Daenys Targaryen, apodada la Soñadora, vaticinó la destrucción de la ciudad ancestral, dando lugar a la huida de esta casa junto a los Velaryon y los Celtigar hacia Poniente, lo que significó su supervivencia.
Por otro lado, es especialmente célebre el sueño de Aegon el Conquistador, que ha marcado algunas de las decisiones más significativas de La Casa del Dragón. Esta profecía ancestral, conocida como Canción de hielo y fuego, auguraba la amenaza de los Caminantes Blancos y la llegada de un líder que uniría los Siete Reinos frente a la oscuridad.
Esta profecía, pasada de generación en generación, obsesionaba a Viserys Targaryen quien, al parecer guiado por ella, nombró a Rhaenyra como su sucesora, confiando en que fuese "el príncipe que fue prometido", una esperanza que sin duda ha ido haciendo mella poco a poco en la propia Rhaenyra. Después de su última visión, Daemon parece confiar también en que su sobrina y esposa sea la elegida para unir a Poniente.
Con todo, a pesar de que los dragones constituyan una fuerza innegable para los Targaryen, también es cierto que igualmente poderosos pueden ser los sueños que algunos de sus miembros tengan, ya que son estos los que en última instancia los impulsan a actuar de una u otra manera, determinando el curso de la historia... para bien o para mal.