MADRID, 14 Sep. (CulturaOcio) -
El cuarto episodio de La Casa del Dragón ha vuelto a dejar una buena cantidad de revelaciones, escenas incómodas y, también, detalles muy importantes para el público más atento. Pese al regreso de Daemon Targaryen a Desembarco del Rey tras su victoria en los Peldaños de Piedra, el 'statu quo' no ha cambiado en la familia real. Las presiones continúan tan incesantes como siempre sobre el Rey Viserys para que cambie de sucesor para el Trono de Hierro y deje a Rhaenyra sin lo que legítimamente le pertenece.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
Sin embargo, lo que sí trae el último capítulo de la serie es un esperado reencuentro. Daemon y Rhaenyra siempre mantuvieron una relación muy cercana, una complicidad que va más allá de la mera cercanía entre tío y sobrina. El retorno del hermano menor del monarca supone una gran alegría para la, en principio, futura reina de Poniente.
Tras compartir un par de momentos juntos ante los siempre atentos ojos de la corte, en los que se muestra frío con la joven, Daemon le deja un plano en su habitación con las instrucciones para acceder a los túneles secretos que hay bajo palacio. Así, juntos y escondiendo bajo oscuras indumentarias sus regios portes y plateadas caballeras, pasean por las calles más depravadas, oscuras y pecaminosas de Desembarco del Rey, las del lugar conocido como El Lecho de Pulgas, para que conozca la otra cara del que será un día su reino y de quienes serán sus súbditos.
Cada vez más cercanos y ebrios, a medida que pasan las horas y van de taberna en taberna, finalmente acaban en un burdel donde se besan y comienzan a dar rienda suelta a su atracción, tantos años escondida, aunque Daemon termina marchándose antes de consumar el incestuoso acto sexual.
Rhaenyra, por su parte, regresa a la Fortaleza Roja y, para calmar el ardor de los deseos que ha despertado en ella su tío, se acuesta con el caballero Criston Cole, perdiendo así su virginidad, un don extremadamente apreciado para una joven casadera en Poniente... especialmente si se trata de la heredera al Trono de Hierro.
A la mañana siguiente, los rumores sobre el encuentro íntimo entre la Targaryen y su tío en un lupanar llegan, a través de su mano Otto Hightower, hasta Viserys, que toma decisiones drásticas al respecto. Pese a que ella niega haber mantenido relaciones con Daemon, Viserys la sentencia a casarse con el joven Laenor Velaryon si no quiere perder el derecho al Trono.
EL TÉ DE LUNA
Posteriormente, al final del capítulo, cuando Rhaneyra se encuentra en sus aposentos, el Gran Maestre Mellos le lleva una poción. "Lo he preparado con sumo cuidado", le dice Mellos, "si no se hace correctamente resultaría ineficaz o podría tener desagradables [consecuencias]".
Es en ese momento cuando Rhaenyra, preocupada, le pregunta por el contenido de la botella. "Un té, princesa, de parte del rey", contesta el Gran Maestre, "para evitaros cualquier consecuencia no deseada". A continuación, el capítulo concluye con Rhaenyra reflexionando sobre qué hacer con el obsequio.
Lo que contiene realmente el pequeño frasco es lo que en Poniente se conoce como té de la Luna. Se trata de una infusión ficticia de diferentes hierbas y que, si es preparada siguiendo minuciosamente su receta, sirve para abortar o para prevenir embarazos. El brebaje es habitualmente elaborado por maestres, sabios y por brujas de los bosques.
No es la primera vez que el té de la Luna hace acto de aparición en la franquicia de Juego de Tronos. Ya en la serie original de HBO es nombrado en más de una ocasión. Por ejemplo, cuando Jon Nieve se encuentra en el Muro y conoce a Ygritte, se niega a acostarse con ella para no incumplir sus votos y dejarle un bastardo. Pero cuando se lo comenta a Tormund, este le dice que si ella no quisiera quedarse embarazada podría recurrir a las brujas del bosque para que le preparen dicha bebida. Queda por ver ahora si Rhaenyra aceptará tomarla para cerrar definitivamente el escándalo y las habladurías que le ha salpicado en La Casa del Dragón.