MADRID, 1 Jul. (CulturaOcio) -
La Casa del Dragón sigue preparando el terreno para la gran guerra civil en el seno de la familia Targaryen, narrada en el libro de George R.R. Martin Fuego y Sangre. Así, el episodio 3 no solo ha relatado la muy tranquila toma de un enclave estratégico, sino que además ha presentado a un misterioso personaje que jugará un importante papel en la Danza de Dragones.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
Uno de los eventos clave del tercer capítulo de la ficción ha sido la toma de Harrenhal por parte de Daemon Targaryen. Tras perder la confianza de Rhaenyra por su implicación en la muerte del joven Jaehaerys Targaryen a manos de Sangre y Queso, el príncipe vuela sobre Caraxes hasta Harrenhal, la mayor fortaleza de los Siete Reinos. El jinenete del Anfíptero de Sangre conquista el colosal y ruinoso enclave sin encontrar la menor resistencia.
A pesar de que el castellano del lugar, Ser Simon Strong, no parece una amenaza inmediata, ya que ni siquiera se muestra a favor de su supuesto señor, Ser Larys Strong, hay una mujer en el castillo que sí podría estar maquinando contra Daemon... y de un modo extremadamente oscuro y peligroso.
Se trata del personaje interpretado por Gayle Rankin, Alys Ríos, que ya en la primera y perturbadora noche de Daemon en Harrenhal, le anuncia que morirá en ese lugar.
La sentencia, más que una amenaza, parece ser una tenebrosa profecía, dado que se pronuncia en un lugar tan místico como es el bosque de los dioses que hay fuera de la fortaleza y su árbol corazón. Además el letal augurio de Alys viene después de que el rey consorte Targaryen haya tenido una extraña visión en la que la joven Rhaenyra le juzgaba por el asesinato del niño.
LA REINA BRUJA DE HARRENHAL
Un inquietante pasaje tras el que Daemon debería estar muy, muy preocupado. Y es que, efectivamente y sí, según establece George R.R. Martin en Fuego y Sangre, Alys es una vidente con capacidades mágicas o sobrenaturales entre las que se encuentra la habilidad ver el futuro. No en vano se la conoce también con el sobrenombre de la bruja de Harrenhal.
La mujer es una bastarda, como su mismo nombre indica, ya que, si Nieve era el apellido otorgado a los bastardos norteños, Ríos es su equivalente en las Tierras de los Ríos. Su origen no está claro en la novela, algunos historiadores la señalan como hija ilegítima de Ser Lyonel Strong mientras que otras fuentes afirman que era mayor, habiendo servido como nodriza no solo a los hijos de Lyonel sino posiblemente al propio Lyonel. En todo caso, los rumores a menudo la señalan como una suerte de hechicería, explicando su joven apariencia por el uso de oscuros ritos.
Por otro lado, la trama de Alys en el libro está muy unida a Aemond Targaryen. Y es que, cuando Daemon deja Harrenhal, el hermano de Aegon II la reconquista para los Verdes y manda ejecutar a aquellos que la rindieron tan fácilmente, pero perdona la vida a Alys y la convierte en su amante. La mujer juega un importante papel, ya que advierte a Aemond de que vio a Daemon en Harrenhal en sus visiones y es allí donde ambos se enfrentan en un duelo mortal.
Alys no solo sobrevive a su amante sino también la guerra, e instalándose en Harrenhal, se otorga a sí misma el título de Reina Bruja. En el libro, Alys afirma haberse casado con Aemond y engendrado un hijo legítimo, con derecho al Trono de Hierro, aunque habrá que esperar para ver si la serie toma esa dirección.
ALYS EN LA SERIE
"Mi historia particular es bastante, por el momento, contenida. Contenida, digamos... muy salvaje, pero contenida", explicaba la actriz Gayle Rankin en declaraciones a Town and Country Magazine, lo que quizá sugiere que en esta temporada su personaje no vaya a tener mucha presencia.
En todo caso, el papel de Alys Ríos ya ha variado respecto del material original y es que en la novela esta no interactuaba con Daemon, vaticinando su muerte tal y como lo ha hecho en la serie. De hecho, tal y como se desarrolla el tercer capítulo, podría ser la bruja de Harrenhal quien con sus oscuras artes esté detrás del perturbador sueño de Daemon. Es más, él mismo menciona en la cena que no come por miedo a ser envenenado sabedor de que entre los oscuros muros de la mastodóntica fortaleza aún hay amenazas silientes.