La Casa del Dragón: La profecía de Helaena sobre la muerte de Aemond, explicada
MADRID, 6 (CulturaOcio)
La segunda temporada de La Casa del Dragón ya ha finalizado con el estreno de su octavo episodio. Esta tanda de episodios ha estado plagada de batallas, traiciones, alianzas, estrategias y... visiones. Y es que la presencia de dragones, verdaderos protagonistas de esta temporada 2, no ha sido el único elemento fantástico de la ficción. Si hay algo que ha estado presente en todos los capítulos ha sido las ensoñaciones y profecías. Y, precisamente, una de las más importantes ha llegado en el último capítulo por parte de Helaena hacia su hermano Aemond.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
Algunos miembros de la casa Targaryen son conocidos por tener el don de la clarividencia. Cuando la familia de la casa del dragón todavía habitaba Valyria, Daenys Targaryen, apodada la soñadora, vaticinó la destrucción de la ciudad ancestral y capital del Feudo Franco, dando lugar a la huída de esta casa junto a los Velaryon y los Celtigar hacia Poniente.
Otra de las grandes profecías de La Casa del Dragón es el sueño de Aegon el Conquistador, que ha pasado de generación en generación entre los herederos al Trono de Hierro. Una Canción de Hielo y Fuego según la cual un Targaryen, el príncipe prometido, unirá a los Siete Reinos para librar Poniente de la Larga Noche y los caminantes blancos. En la ficción, Viserys le confía este secreto a Rhaenyra y la reina de los Negros hace lo propio con su hijo Jacaerys Velaryon.
Y es que además de estas dos visiones, en su estancia en Harrenhal, Daemon, atormentado por la maldición que dicen embruja el lugar y también instigado por la perturbadora presencia de Alys Ríos, ha experimentado alucinaciones. En ellas, además de ver el futuro, ha ido resolviendo pesadas cargas de su pasado, como su resentimiento con su hermano Viserys, su relación con Rhaenyra o el nunca haber conocido a su madre.
Pero estas visiones proféticas no solo han atormentado a Daemon, y es que si hay otra soñadora en la familia Targaryen, esa es Helaena.
LAS PROFECÍAS DE HELAENA TARGARYEN
Desde el inicio de la temporada, la reina ha estado anticipando algunas de las desgracias que han asolado al bando Verde. Antes del asesinato de su hijo Jaehaerys, Helaena avisó de que no estaban seguros. Cuando Aemond calcina a Aegon y a Fuegosol con Vhagar en la batalla de Reposo del Grajo, le dice a su madre que de sus tres grillos, uno ha dejado de cantar.
Pero el poder profético de Helaena lo revela al completo cuando Aemond, cegado por la rabia, le pide a su hermana que le acompañe a Harrenhal a lomos de Sueñafuego, su dragona. Sin embargo, la hermana y esposa de Aegon se niega a combatir, avisándole de que le ha visto atacar a su hermano. "¿Si no lo hago me quemarás como hiciste con Aegon?", le replica. El príncipe lo niega, pero Helaena le añade más peso a su argumento, augurando su muerte y el regreso de Aegon al trono.
"Aegon volverá a reinar. Obtendrá la victoria desde un trono de madera, y tú... morirás. Desaparecerás en el ojo de un dios y no volverán a verte", profetiza la reina. "Podría matarte", le advierte rabioso su hermano. "Eso no cambiaría nada", sentencia Helaena, sin vacilar.
¿QUÉ ES EL OJO DE DIOSES?
Esta no es la primera vez que esta misma profecía es mencionada en la temporada. En su llegada a Harrenhal, Alys Ríos advierte a Daemon de que morirá en la fortaleza. Precisamente, el Ojo de Dioses está en los dominios de Harrenhal. Se trata de una isla en medio de un lago. Según la novela Sangre y Fuego de George R.R. Martin en la que se basa la ficción, Aemond y Daemon se enfrentan en este lugar con sus dos temibles dragones, Vhagar y Caraxes, en una fiera batalla en la que ambos terminan muriendo.
Por lo que parece, las profecías de Alys y Helaena se cumplirán también en la serie. En cuanto a la primera parte del vaticinio de la reina, el trono de madera al que se refiere podría ser el carruaje en el que Aegon y Larys viajan, huyendo de Desembarco del Rey y rumbo a Essos al final del capítulo. Sin embargo, podría referirse a otro elemento que todavía no ha sido presentado en la ficción.